Arthur hizo un viaje de ida y vuelta el sábado al Camp Nou y ayer repitió otro a Sant Joan Despí, en ambos casos sin conseguir sus objetivos. El primero era ver el Barça-Nápoles desde la grada, lo que le fue prohibido, y el segundo era entrenarse con el grupo, que también. Al menos ha cumplido una de las exigencias que le impuso el club añadida a la obligación de volver a la disciplina azulgrana: entrevistarse con Eric Abidal, el secretario técnico y el conducto reglamentario entre el equipo y la directiva.

Habló con Abidal, y Abidal le comunicó que no se entrenará con los compañeros hasta que se resuelva su caso, que actualmente es un expediente disciplinario abierto por no haberse incorporado a los entrenamientos cuando debía, y está en manos -y supeditado- a una reunión entre abogados de ambas partes. Dicha reunión se producirá en las próximas horas, pero mientras tanto Arthur no deberá hacer viajes en balde.

En el fondo, con el equipo a punto de partir (el jueves) a Lisboa para disputar la Champions y el final de temporada que se producirá en cuanto sea eliminado, la discusión se centrará en alcanzar un acuerdo para la liquidación económica del contrato. El finiquito, vaya, por cuanto Arthur ya ha firmado por la Juventus para la próxima temporada.

EMPIEZAN LOS CEDIDOS

Miralem Pjanic hará el camino inverso, de Turín a Barcelona, pero él no está citado este jueves en Sant Joan Despí los futuros jugadores del Barça para la próxima campaña. Por la mañana se irá el equipo a Lisboa y por la tarde están convocados los futbolistas que estaban cedidos para iniciar la pretemporada.

Son los casos de Carles Aleñá (Betis), Rafinha Alcántara (Celta), Jean-Clair Todibo y Juan Miranda (Schalke 04), Moussa Wagué (Niza), Oriol Busquets (Twente) y los fichajes Pedri (cedido al Las palmas), Matheus Fernandes (Valladolid) y Francisco Trincao (Braga). El martes era el día fijado para pasar el test del coronavirus y el miércoles, para las revisiones médicas.