Neymar aún es jugador del Barça. Lo será mientras el club azulgrana no reciba en el banco los 222 millones de la cláusula. Y mientras no envíe el tránsfer internacional para que el Paris Saint Germain pueda tramitar la ficha.

El Barça tiene el histórico talón, cuya fotografía circula por las redes sociales, pero no tiene el dinero en efectivo. Al banco donde depositó el famoso cheque no han llegado los euros. Para evitar una desagradable sorpresa, y mostrando cierta desconfianza hacia la infinita fortuna del catarí Nasser Al-Khelaifi, el presidente del PSG, el Barça prefiere esperar. No tuvo Neymar ninguna prisa en comunicar que se iba (retrasó su decisión para cobrar la prima de renovación pactada de 25 millones el 31 de julio) y no la tiene ahora el club barcelonista en enviar la documentación imprescindible para que Neymar pueda debutar con el club parisino.

La Liga francesa empezó la pasada semana. El delantero brasileño presenció desde la grada el triunfo de su equipo sobre el Amiens (2-0, goles de Cavani y Pastore). Antes del encuentro, estuvo en el césped, disfrutando de su presentación ante la hinchada. Podría suceder que vuelva a sentarse como espectador en la segunda jornada si no se ha cerrado la operación, con el Barça confirmando el cobro del dinero. Es el único requisito que queda pendiente. El plazo para que Neymar sea inscrito se cierra a la medianoche del sábado. El PSG visita el domingo (21 h.) al Guingamp.