De Barcelona a Sevilla, de Sevilla a La Coruña y de La Coruña... de nuevo a Barcelona. La Copa del Rey ha puesto otra vez a prueba a este Real Zaragoza viajero y aturdido, con la maleta siempre preparada en este loco mes de enero y poco equipaje dentro de ella, en cualquier caso su permanente estado de incertidumbre. Hace una semana, el conjunto aragonés acudía en la Liga al Camp Nou, y lo hacía ilusionado porque percibía que podía hacer saltar la banca. De allí salió sin un euro en el bolsillo, deshauciado por un resultado (3-0) que lo ha situado en la zona de descenso. El destino quiso que, después de eliminar al Betis, el torneo del KO lo emparejara ayer con el equipo de Frank Rijkaard, en un pulso que comenzará el próximo jueves en el Camp Nou (21.30) y que se solucionará, una semana después, en el estadio de La Romareda. Revancha, venganza... Más bien otro examen de nivel universitario para un alumno de primaria.

NIVEL ELEVADO Los jugadores del Real Zaragoza, como el resto de sus compañeros de profesión de los equipos en liza en la Copa, habían elegido al Alavés como rival en los cuartos de final, pero los vitorianos se enfrentarán al Celta. Esta temporada, sin embargo, esta competición tan singular ha elevado su exigencia en la medida de que hay clubs de pedigrí que necesitan ganar el trofeo por diferentes circunstancias y ninguna de ellas es por puro placer.

Coincide que el Bar§a es el más interesado. Los azulgrana, perdido el tren de la Liga y con la UEFA muy de fondo, tienen complicada incluso su clasificación para la próxima edición de la Champions . Cuatro años sin un título es un siglo de amarga espera para un club acostumbrado a la gloria. El rey de Copas (cuenta en sus vitrinas con 24, una más que el Athletic) necesita hacer valer esa condición para adornar un curso duro donde Laporta, en su primera experiencia como presidente, está sufriendo las inclemencias de un equipo de perfil bajo. Desde luego no es el peor enemigo que le podía tocar en suerte al conjunto de Paco Flores. La eliminatoria Madrid-Valencia es la traca.

El Bar§a no puede pavonearse de haber sido el coco del torneo hasta la fecha. Se deshizo en la primera ronda del Ciudad de Murcia (1-4), luego por la mínima del Gramanet (0-1) y ya, a partido doble, sufrió lo suyo contra el Levante, quien le venció (1-0) en la ida para caer (3-1) en la vuelta. El Real Zaragoza tampoco está en condiciones de vanagloriarse de su andadura por esta competición. El Mirandés lo llevó por el camino de la amargura (1-2), y en Salamanca, en el último segundo de la prórroga, Galletti le pegó mal con la canilla para establecer un agónico y espectacular 2-3. En octavos, la cita con un Primera, un Betis con el que también pasó por largos periodos de angustia en el Ruiz de Lopera, le presenta, en la más optimista de las lecturas, con mejor credencial de víctimas que los catalanes.

La lógica impone al Bar§a como favorito, pero visto el comportamiento general de ambos conjuntos en este ejercicio y dada la propia idiosincrasia del torneo, el equipo aragonés tiene sus opciones si, en esta ocasión, no se apunta al suicidio como ocurrió en su reciente visita al Camp Nou. Novedades en relación a aquel día: será baja Puyol y estará Davids, y por el lado aragonés es segura la ausencia de Soriano.

Está en juego el salto a las semifinales y en la Liga, el descenso acecha con los colmillos afilados. De aquí para allí, de allá para acá, el Real Zaragoza no sabe con certeza si la Copa es una medicina o un veneno. Mañana le espera el Deportivo en Riazor después de que el Atlético lo noqueara este jueves. Lo cierto es que jugar entre semana oxigena la moral del equipo de Flores.