Fichado Nélson Semedo, con cláusula trampa incluida, que podría elevar su traspaso en el mejor de los casos deportivos y en el peor escenario económico hasta los 50 millones de euros, el Barça necesita vender para tener liquidez. Ya lo dijo el presidente Josep Maria Bartomeu esta pasada semana en una entrevista con EL PERIÓDICO: «Tenemos 60 millones de euros más ventas». Ahora, una vez realizada la primera semana de trabajo con Valverde, las cuentas son bien sencillas. Le quedarían solo 16 millones de euros para fichar al centrocampista que reclama el técnico.

El club ha invertido 48 millones en fichajes (30 por Semedo, 12 por recomprar a Deulofeu y seis por quedarse definitivamente con Marlon) y solo ha recaudado cuatro por la venta de Tello al Betis. Mathieu, que fue regalado al Sporting de Portugal, no dejó ni un solo euro en la caja, ya aliviada, eso sí, por librarse de la ficha anual de cinco millones que percibía el defensa. «No se han hecho grandes operaciones en el fútbol español», argumentó Robert Fernández, el secretario técnico azulgrana, en la presentación de Semedo para justificar esa falta de movimientos.

El Barça tampoco se ha movido demasiado en el mercado, más allá de activar las cláusulas de recompra de Deulofeu y la del cedido Ortolá, que será el portero del filial y tercer guardameta de la primera plantilla, además de apostar por Semedo al comprobar que Bellerín no era solo más caro (la operación podría haberse ido a los 50 millones de euros) sino que el Arsenal de Wenger tampoco lo quería vender. «Queda mucho, precipitarse nunca es bueno», recalcó Robert, quien enfatizó muy claramente que la llegada del lateral del Benfica es responsabilidad suya. «Es un fichaje de la secretaría técnica y mío», dijo el ejecutivo para reinvidicar su trabajo justo ahora que el Barça acaba de modificar las jerarquías en la estructura deportiva.

UNA GRAN OPERACIÓN

Mientras se busca salida a los descartados, Valverde tiene a diario overbooking en la plantilla, pendiente aún de saber si le gusta dirigir con grupos amplios o más bien cortos, como era el caso de Luis Enrique. Mañana, en su primera comparecencia ante la prensa en la ciudad deportiva, el nuevo entrenador azulgrana desvelará los ejes principales de su programa de trabajo.

Tiene a 18 jugadores que son intocables sin contar a Semedo, que aún no se ha entrenador, está Arda Turan, a quien se le busca salida, están luego los cuatro cedidos que han regresado en un viaje de ida y vuelta (Munir, Samper, Douglas y Vermaelen, a no ser que se quede como quinto central) y los cuatro jóvenes de la cantera: Aleñá, Palencia, Cucurella y Ortolá.

O sea, Valverde tiene a 27 futbolistas en doble sesión (mañana y tarde) en el césped de la ciudad deportiva, sin incluir a Deulofeu, que aún no ha trabajado ningún día con el grupo porque arrastra unas molestias musculares. Sin incluir tampoco a Rafinha, aún recuperándose. Faltan, además, Ter Stegen y André Gomes, que se unirán al grupo el próximo 31 de julio.

Necesita, por lo tanto, una gran operación de venta para recaudar el dinero necesario en la búsqueda del centrocampista, ya sea Verratti, que está de gira con el París Saint Germain por EEUU, o Paulinho, que aún sigue en China, o cualquier otra pieza.