Con el corazón encogido y las manos entrelazadas, la respiración agitada y la tensión disparada. Así vivió la hinchada del Barça los últimos minutos del partido ante el Atlético, viendo al equipo cojear, medio lastimado, pero llegando a la final de Copa, donde será el indiscutible favorito. La cuarta consecutiva.

Contempló el culé una conmovedora imagen del equipo, debilitado por el desgaste brutal de haber disputado 13 partidos en 31 días, en medio del calendario «atroz» que resaltó Luis Enrique, golpeado por un Atlético superior pero que siempre fue inferior en el marcador y que, con dos expulsados (Sergi Roberto y Luis Suárez), alcanzó la final en medio de un clima de tensión. «Sufrimos mucho en el partido y ahora hay que disfrutar de la final que jugaremos», admitió Ivan Rakitic. «Conseguir el pase de esta manera une más al equipo. Cuando hay que juntarse y sufrir nos unimos más», insistió.

EL PRIMER EMPATE

Fue la primera vez que el Barça no ganaba un partido de Copa en casa con Luis Enrique. Había sumado 12 victorias. No la necesitaba esta vez, amparado en el triunfo de la ida. No la mereció tampoco, admitió el técnico, conmocionado y preocupado por la debilidad que mostró el equipo.

Luis Enrique esgrimió el extenuante esfuerzo físico como causa capital de la flojera barcelonista, y aceptó que frente al Betis, en la Liga, la imagen del equipo ya había sido deprimente. Son varios ya los síntomas de las dificultades del Barça para gobernar el partido. Ante el Atlético fue más evidente que nunca. «Tenemos que recuperar nuestra mejor versión», dijo Luis Enrique, asumiendo que las dudas que genera el equipo no se limitan a uno o dos partidos. Los resultados, además, trasladan el bajón que el entrenador achaca a la intensidad del calendario y a las bajas. Como un mal pasajero.

MASCHERANO, BAJA

Sin tiempo para rearmarse, el calendario con dos partidos por semana no ha acabado y se avecinan compromisos complicados y duros en los que, al menos en los primeros, no estará Mascherano, que se retiró del campo lesionado en el bíceps femoral de la pierna izquierda. Había entrado en el segundo tiempo y a duras penas alcanzó el final del añadido. El club no precisó el pronóstico de convalecencia. Según algunas valoraciones, está descartado para jugar ante el Alavés y el PSG.