Avisados están. Desde hace casi un año que llevan ese dolor dentro. Tanto Valverde, es su única gran derrota desde que llegó al Camp Nou, como los jugadores, empezando por Messi, el capitán. Hay partidos que permanecen siempre en el recuerdo, por muchos títulos que hayas ganado. Antes o después. Y la caída en Roma pertenece a esas noches trágicas que dejan heridas eternas. «Ya se ha hablado largo y tendido de eso», dijo ayer el técnico azulgrana, escarmentado por aquel 3-0.

Hasta que el Barça no cruce la barrera de los cuartos de final no podrá sacudirse las ruinas que quedaron junto al Coliseo romano. Necesita, por lo tanto, superar ahora (21.00 horas) el 0-0 de la ida en Lyon para terminar con tanto tormento acumulado en los tres últimos años. Atlético (2016), Juventus (2017) haciendo estéril la mayor remontada nunca vista en la Champions con aquel 6-1 al PSG.

Demasiado tiempo sin acercarse a la Orejona para un Barça que ve escaparse los grandes años de Messi, mientras el Madrid colecciona cuatro de las cinco últimas. Necesita recuperar la eficacia que no tuvo hace tres semanas en Francia cuando realizó 25 disparos y no marcó ni un solo gol. «Claro que tenemos presión por seguir en Europa, como todos», dijo Valverde. Quizá un poco más de presión aún tras las recientes eliminaciones de Madrid, y PSG, que ejercen de aviso.

Obligado está el equipo de Valverde a ganar, pero debe tener mucha más puntería que en Francia. «Si generamos las mismas ocasiones de gol que en la ida pasaremos seguro», afirmó convencido de que el Barça no caerá en los mismos errores. El Lyon, en cambio, se siente fuerte con ese 0-0, avalado, justamente, por todo lo contrario que avisa a los azulgranas. Para evitar un peligroso exceso de confianza, Valverde recordó que «todos los resultados del Lyon fuera de casa en la Champions le clasifican. Triunfó en el Etihad (1-2), empató en casa del Hoffenheim (3-3) y Shakhtar Donetsk (1-1)», concluyó.