La Copa de Europa y la Liga tienen enemigos comunes, el Barça de los últimos año y el Atlético, que de pelea en pelea se ha mantenido firme en el centro del ring, sin el más pequeño amago de irse tambaleante al rincón sino más bien al contrario, con ganas de seguir pegándose. Después de cuatro asaltos, en los que el Barça nunca ha sido capaz de ponerse por delante, al Atlético de Simeone no ha habido manera de tumbarlo y hoy (20.45 / Canal + Champions), al revés de lo que ocurrió en la Supercopa, es al Barça al que le corresponde voltear el 1-1 de la ida en medio de un ambiente infernal, a la altura del que le esperaría al otro lado de la ciudad.

Hoy podría acompañarle el Bayern de Guardiola en lo que serían unas imponentes semifinales que el viernes se sortearán en medio de un torbellino de emociones. Pero eso ya se verá. Antes, espera un duelo tremendo, que arranca con el Barça obligado a marcar y con la sombra de una prórroga e incluso los penaltis flotando, frente a un rival que no desfallece y que ha ido más lejos de lo que nadie podía imaginar. La inmensa obra de Simeone se ha impuesto sobre los vaticinios que le auguraban una vida corta. A su lado, miles de colchoneros que pelearán tanto o más que los que están en el campo. No habrá un hueco en la grada, con 2.000 culés y 50.000 rojiblancos.

Martino repetirá la fórmula de la ida, con los cuatro centrocampistas acompañando a Neymar y Messi. Pero si el camino a seguir es el tramo final de la ida, parece obligado mover las piezas de sitio. En la confianza sin límites del Atlético hay una pieza que les lleva a creer igual o más que el Cholo y que aparece como la gran duda: Diego Costa. El estado real del delantero es un misterio. De momento, está en la lista (Arda descartado y sin convocar). Si no juega, junto a Villa estará Adrián.