El Barça afronta ante el Levante (20.45 horas) el partido en el que todos los futbolistas desean participar. Ese choque que reporta un título. Normalmente son finales. El caso de la Liga es singular, porque es un trofeo sin ser una final. La derrota (o el empate, resultados que pueden servir si coinciden con el del Atlético ante el Valladolid) no generaría mayores consecuencias que alargar la espera. Aún quedarían tres partidos más por delante para consumar la conquista: la próxima jornada ante el Celta (en Vigo), la siguiente ante el Getafe (en casa) o la última en Eibar. Este duelo que «todos los futbolistas quieren jugar», dijo Valverde, tiene los alicientes añadidos de que carece de toda presión y que la fiesta será mayor por jugarse en casa.

Y eso espera el técnico, que el Camp Nou sea la fiesta que celebre la conquista de la octava Liga en los últimos once años. La cifra que certifica la hegemonía del Barcelona será el lema de las camisetas conmemorativas y que, confeccionadas, están guardadas en cajas. «Damos mucho valor a la Liga porque es el título que perseguimos los 20 equipos de Primera», reflexionó Valverde, replicando a la supuesta mayor importancia que poseería la Champions, según la letanía que se emite desde Madrid (y el madridismo) para reivindicar las tres Copas de Europa consecutivas del equipo de Zinedine Zidane.

«La Copa y la Champions dependen más de momentos puntuales en los que puedas acertar o equivocarte. En la Liga tienes que acertar siempre o equivocarte poco a lo largo de todo un año. Tienes que ganar en casa y fuera, ante rivales difíciles y en situaciones complicadas», amplió el entrenador, que se declaraba contento y satisfecho porque su equipo, además de que va a ser el inminente campeón, lo hará con una amplia ventaja sobre sus perseguidores.

RUBIALES Y LA COPA / La holgura de puntos (9 de ventaja sobre el sobre el Atlético con 12 en juego) y la posibilidad de ser campeón hoy propicia que Luis Rubiales, presidente de la Federación Española, esté en el Camp Nou para dar el trofeo de campeón a Leo Messi. «Espero que Rubiales tenga trabajo y no solo venga a ver el partido», comentó Valverde.

El entrenador no quiere demorar más el triunfo culminante para que el equipo pueda centrarse en el Liverpool y la Champions. No obstante, la influencia del cuadro inglés en los planes del cuerpo técnico es todavía escasa. No interfiere. Al contrario. Faltarán cuatro días para la primera cita de la semifinal y la motivación del vestuario por cantar el alirón cuanto antes es absoluta.

El Barça se había propuesto conseguir los 9 puntos de corrillo y suma 6 tras vencer a la Real Sociedad y al Alavés. El plus de la satisfacción pesará mas que el cansancio, entiende el máximo responsable barcelonista. Y aunque el Levante pelee por eludir el descenso, y estos equipos son los que suman más puntos en los últimos partidos «por lo apretados que van», según observó Valverde, el Barça tiene ante sí un título que lleva meses persiguiendo.

Al mismo tiempo que Valverde tiene prisa, el técnico no quiere adelantar planes de futuro: si dará cancha a los suplentes, si examinará a los jugadores para decidir las bajas, si rodará a Cillessen para la final de Copa... «Sé que soy muy precavido, pero aquí siempre hay mucha prisa. Hagamos primero lo que tenemos que hacer y luego ya pensaremos en todas esas cosas», concluyó el entrenador.