La victoria de Francia por 65-52 ante una irreconocible España, en los cuartos de final, truncó el sueño mundialista español en una pesadilla de la que tardará mucho en despertar. Una diferencia de 22 rebotes más para Francia (50-28) y 2 triples de 22 intentados y apenas un 45% en tiros de dos puntos (18 de 40) en el ataque de la selección, explican en parte el desastre español. También por la ineficacia de Juan Antonio Orenga, paralizado ante lo que veía y sin respuesta ninguna ante la espectacular defensa gala y la lección táctica de su entrenador. Solo Pau Gasol estuvo a la altura (17 puntos). Marc Gasol estuvo irreconocible, con tres, e Ibaka, con dos. Sergio Rodríguez no anotó y Orenga volvió a dejar fuera de la rotación a Reyes y a infravalorar a Calderón.

La selección comenzó mal en ataque, con intentos fallidos de Pau, Marc, y triples que no entraron de Rudy y Ricky. Francia, por el contrario, inició el partido derrapando y con un 8-0 casi impensable en apenas tres minutos, que incrementó a 11-2. España reaccionó con un 11-2. En el segundo cuarto, los pívots franceses siguieron con su excelente trabajo, trabando el juego español con su defensa y circulando entre ellos el balón en la ofensiva hasta acabar descolocando a los españoles.

Por primera vez en el campeonato del mundo, la selección se encontró en serios problemas y se fue al vestuario con un inquietante 35-28. Un Palacio a reventar y una ovación durante casi un minuto antes de iniciarse el juego insufló ánimos a los jugadores, que salieron con rabia en el tercer cuarto. España se llegó a poner por delante con el 39-40 después de un rifirrafe entre Llull y Pietrus que acabó en técnica para ambos.

España estaba intentando deshacer el nudo gordiano en el que se había convertido el partido y no acababa de encontrar una fuente fiable y continua de puntos, mientras que la selección francesa siguió defendiendo más que fuerte sin importarle el número de personales que tuviera que hacer. Para finalizar el tercer cuarto (42-43), Rodríguez y Rudy Fernández reeditaron el alley-hoop que conoce medio mundo y Pau cercenó de raíz el último tiro francés con un tapón que supo a gloria y que dejó a los galos con solo 7 puntos anotados en todo el cuarto.

Tras 30 minutos de errores las penurias españolas no acabaron, porque poco más de tres minutos después Francia volvió a adelantarse en el marcador (51-45). El Palacio madrileño pareció enmudecer (42-24 en rebotes para Francia en esos momentos). A falta de menos de dos minutos, el problema era ya megalítico (57-52). No hubo nada a hacer. España se estrelló y Orenga no encontró remedio.