Muy coquetón, acogedor, antiguo, poco luminoso, intimista. En ese escenario, digno para el lucimiento de algún tenor, aparecieron cuatro estrellas galácticas del firmamento de la F-1 para escenificar la presentación oficial del nuevo Renault R24. Patrick Faure, presidente de Renault, aseguró que sus 150.000 empleados de todo el mundo confían en el nuevo bólido. Flavio Briatore, el capo del equipo, el hombre que escogió Sicilia para presentar su lujoso team , pidió paciencia, recordando que la conquista del título la intentarán el año que viene.

Fernando Alonso, el triunfador del año pasado, el piloto con más futuro del gran circo , reconoció: "Todavía nos falta algo para pelear por el Mundial". Y Jarno Trulli se mostró agobiado, pero feliz, por tanto brillo, deseoso de que el coche "demuestre en los circuitos todo lo que esperamos de él".

10 millones por año

Pero faltó alguien. Alguien muy importante, muy caro, muy sonado. Faltó Telefónica, que, de momento, parece haber hecho marcha atrás a la superinversión --se habla de 10 millones de euros por temporada-- tanto en la chapa del R24 como en el mono del campeón asturiano. Iban a firmar el miércoles, había quien ya tenía las pegatinas preparadas para Palermo y, al final, alguien, dicen que los abogados de César Alierta, le dijeron que no firmase. Parece que han vendido la mancha antes de comprar la pintura.

En Palermo, ayer, incluso se hablaba de la posibilidad de que la compañía española diera una marcha atrás definitiva. Lo cierto es que el día de mostrar al mundo entero su pegatina era ayer, ante más de 800 periodistas.

El teatro Massimo de Palermo lució ayer sus mejores galas. Faure, cómo no, habló de lo importante que es para Renault "tutearse" con las potencias que compiten en F-1. Briatore confirmó que "tras tres años de aprendizaje", Renault se dispone a "prepararse en el 2004 para el asalto al título en el 2005".

Y, de pronto, surgieron los pilotos. Entre ellos, Alonso, que saludó en castellano para proseguir sus explicaciones en inglés. "Nada puedo decir del nuevo coche", señaló más tarde, rodeado de decenas de informadores de todo el mundo. "Me produce un cosquilleo mucho más positivo que el del año pasado, pero aún piloto incómodo".

Velocidad y fiabilidad

Alonso confirmó que, en estos momentos, les preocupa mucho más "la fiabilidad del coche que su velocidad punta". Como corresponde a todo piloto campeón, el asturiano pidió "más potencia, más velocidad punta". Eso sí, aseguró que le esperan hasta tres evoluciones del motor nuevo y, por tanto, pidió paciencia: "Las victorias puede que no lleguen hasta el final de temporada". Pero llegarán, seguro. "Quizás no estemos aún para pelear por el título, pero lo estaremos, lo estaremos".