Era un secreto a voces que ningún atlético deseaba escuchar, pero los problemas del Bayern casi precipitaron la operación en el pasado mercado de invierno. Aún con objetivos ambiciosos, el célebre liderazgo de Simeone paralizó la operación, pero la próxima temporada, previo pago de la cláusula de rescisión de 80 millones de euros, Lucas Hernández abandonará el Atlético de Madrid rumbo a Múnich de forma oficial.

De manera oficiosa ya lo ha hecho, después de que el Bayern decidiera que el jugador tenía que pasar inmediatamente por el quirófano para solucionar los problemas de rodilla que arrastraba en las últimas semanas con un Atlético que se apresuró a oficializar que le había ofrecido la renovación y con el que no volverá a jugar ningún partido.

«Hoy es un día muy importante en mi carrera, el Bayern de Múnich es uno de los mejores clubs de Europa y del mundo. Me gustaría dar las gracias al Atlético por doce maravillosos años, siempre será parte de mí. Ahora, me alegro de dar el siguiente paso en el Bayern», declaró Lucas en sus primeros momentos como jugador del equipo bávaro. Con la marcha de Lucas Hernández, el Atlético de Simeone no solo pierde una de sus piezas clave en defensa, además no contará una de sus piedras angulares para el futuro. En medio del terremoto de cambios que se avecinan, el relevo en la defensa es inevitable y la presencia de Lucas solucionaba muchos problemas.

El adiós camino a Italia de Godín está cercano, así como la no continuidad de los laterales Filipe Luis y Juanfran, la marcha de una línea completa de defensores que le han dado su identidad al solvente proyecto de Simeone en el Atlético.