Los efectos colaterales de la compraventa del Real Zaragoza han dictado hoy un nuevo y nada beneficioso capítulo para el éxito del proyecto, que, descartada ya la opción del fondo árabe por carecer de consistencia y fiabilidad, sigue en la búsqueda de un grupo inversor. Mariano Casasnovas, en su día cabeza visible del proceso, ha visto cómo el BBVA ha embargado sus acciones por una antigua deuda del empresario con la entidad financiera que asciende a 45.800 euros y se remonta al año 2007.

Casasnovas posee en estos instantes el 24,50% del total con un precio de compra de 2.674.524,20 €, la misma cantidad que ha invertido el abogado inglés James Edward Brumwell.