Vicente Belda, director del conjunto Comunitat Valenciana-Kelme, declaró ayer por espacio de una hora ante la comisión de la Federación Española de Ciclismo que investiga las gravísimas acusaciones del ciclista Jesús Manzano, que denunció una red de dopaje organizado en el seno de la formación levantina. Belda defendió su inocencia y aportó pruebas contra su excorredor. Entre otras, una carta del 2002, mucho antes de ser despedido, en la que el Kelme le recriminaba su actitud tanto personal como deportiva, así como un certificado médico del Tour en el que se señala que no existían indicios de dopaje en el desmayo que sufrió el corredor en el transcurso de la primera etapa alpina del 2003, cuando iba fugado en compañía de Richard Virenque.

Manzano había afirmado en su relato al diario As que el desmayo sufrido en el Tour fue debido al uso de un medicamento de uso veterinario. "No hay que creer a Manzano porque se ha vendido por decir que se ha dopado y no tiene credibilidad, ya que actúa por venganza", indicó Belda a los periodistas que le esperaban en los locales de la federación. Belda, cuyo equipo participará desde hoy en la 41 Vuelta Ciclista a Aragón, declaró ante Enrique Franch, notario de Madrid, que ha sido nombrado responsable de la comisión federativa que investiga la denuncia de Manzano. Ayer también prestaron declaración el corredor del Paternina, Pedro Díaz Lobato, y el exciclista Darío Gadeo. Hoy volverá a comparecer Manzano, que ya compareció la semana pasada.

ACUSACIONES CONTRA COOKE Por otra parte, en Francia, el diario Le Monde reveló ayer que la policía disponía de una grabación que demostraba que el corredor australiano Baden Cooke había tomado anfetaminas en el 2001. Cooke conquistó tanto la clasificación de la regularidad como una etapa en el Tour de Francia del año 2003.