Cuando Loterías y Apuestas del Estado anunció por la mañana, en vista del caos reinante en la Liga de Fútbol Profesional, que había decidido sustituir en la quiniela de la primera jornada los cinco partidos de Segunda División por otros tantos de la Premier League inglesa, más de uno se atrevió a adivinar la que se avecinaba. En efecto, la Liga Adelante no comenzará el día 23 como estaba previsto, con la visita del Real Zaragoza al Nuevo Colombino. Ese partido, como todos los sorteados en el calendario, ha quedado suspendido. No se sabe cuándo empezará la Liga, ni cuántos equipos habrá, ni siquiera cuáles. En La Romareda, como bien se puede imaginar, unos suspiran y otros se frotan las manos. No es para menos. Si ha habido una temporada más retrasada en la planificación deportiva ha sido la actual. Como poco, Víctor Muñoz ha ganado una semana que parece un mundo.

"Es la primera alegría que nos han dado en todo el verano", decía ayer con cierta guasa Ángel Martín González, consciente de que, si bien la situación no refleja una buena imagen del fútbol español, sí es en estos momentos beneficiosa para el Real Zaragoza. "Esto no es bueno para nadie, pero egoístamente tenemos que reconocer que nos viene muy bien". Es obvio. Para el Zaragoza, tener más días para confeccionar la plantilla en los despachos y para que Víctor trabaje en el campo con los nuevos futbolistas "es mucho". "Nos viene bien a todos. La fecha del cierre de mercado no cambia, pero que puedan venir los jugadores sin haber disputado ninguna jornada también es mejor".

En cualquier caso, el lío está servido. La Liga Adelante tenía previsto el inicio de la competición para el fin de semana del 23 y 24 de agosto. En una nota de seis párrafos, la LFP especifica que "en el caso de modificar el número de equipos participantes en la Liga debe ser acordado con la Federación Española de Fútbol (RFEF)" y anuncia la convocatoria para el lunes de la Comisión Delegada del organismo, de la junta de Segunda División y de una conferencia de prensa de su presidente, Javier Tebas, al término de esta última.

El conflicto jurisdiccional era un hecho después de que el juez Andrés Sánchez Magro suspendiera de forma cautelarísima, sin posibilidad de recurso alguno, las sanciones a la entidad murciana por no cumplir los ratios económicos exigidos por la LFP y ser reincidente en los incumplimientos. Su deuda asciende a 34 millones de euros, de los que 12,5 son a Hacienda, que no accedió a negociar un calendario de aplazamientos a cinco años que solicitó el club.

Ayer por la mañana se dio un paso más en esa dirección tan conflictiva que abocaba a la LFP a cometer un delito por desacato al denegar el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), heredero del antiguo Comité Español de Disciplina Deportiva, la suspensión cautelar del descenso administrativo del club grana. Reunido de urgencia tras conocer la orden del juzgado, el TAD adujo un defecto de forma para ir también en contra de la resolución judicial.

Pese a verse respaldada por el tribunal adscrito al Consejo Superior de Deportes (CSD), la Liga Profesional, con el auto ya en su poder, se desdijo horas después de lo manifestado el día anterior en torno a la firmeza de su posición de no readmitir al Murcia. En el comunicado hecho público, se da cuenta del envío a los clubs y SAD de la Liga Adelante de un informe relativo a las consecuencias del citado auto y, tras manifestar el respeto de la patronal futbolística a las decisiones judiciales, se informa de la presentación de un escrito de oposición ante el Juzgado de lo Mercantil n° 7 contra su resolución.

"Dada la urgencia y celeridad que se está aplicando en el proceso por el citado juzgado, esta patronal confía en que en los próximos 10 días será convocada a la preceptiva vista", afirma la LFP en su nota, antes de dejar abierta la puerta a tener que modificar el número de equipos participantes en la Liga Adelante y a un nuevo calendario.