De las palabras (hace una semana ya escribió en su cuenta personal de Twitter que «ahora era más merecida que nunca una moción de censura») a los hechos. Agustí Benedito, excandidato a la presidencia del Barcelona en las dos últimas elecciones (2010 y 2015), anunció ayer que presentará un voto de censura contra Josep Maria Bartomeu para intentar sacar al club de la «grave crisis institucional» en la que anda inmerso.

Necesita, eso sí, reunir 16.500 firmas, el 15% de la masa social del club como recoge el artículo 55 de los estatutos. 16.500 firmas en apenas 14 días hábiles desde que se solicite oficialmente esa moción de censura, teniendo en cuenta que la temporada ya ha concluido y no existen partidos oficiales para poder recolectar lo antes posible esas rúbricas.

LAPORTA Y FREIXA / Benedito, que obtuvo 3.386 votos en las elecciones del 2015, reveló que había hablado con Joan Laporta (15.615) y Toni Freixa (1.730), los otros dos candidatos derrotados por Bartomeu, que reunió la confianza de 25.823 socios del Barça. Eso no garantiza, sin embargo, que avalen esa moción de censura que acaba de impulsar. «Anuncio que el Barça vivirá el tercer voto de censura en los últimos 20 años», proclamó Benedito en alusión al fracasado de Laporta y L’Elefant Blau ante Josep Lluís Núñez (1998) y al que también fracasó de Oriol Giralt contra, precisamente, el propio Laporta, una década más tarde (2008). Ganó esa moción el grupo de Giralt, pero se quedó a seis puntos de obtener el 66% necesario para derrocar a Laporta.

En este tercer intento que vive el club tampoco lo tiene nada fácil Benedito. «Deberíamos conseguir más de 1.000 firmas diarias», admitió el excandidato, que quedó en segundo lugar en el 2010 detrás de Rosell y tercero en las del 2015 por debajo de Bartomeu y el propio Laporta. El detonante para pasar a la acción, según Benedito, han sido dos factores. «En primer lugar el pacto vergonzante con la Fiscalía en el caso Neymar», comentó. «Haciendo uso de la legitimidad que se le dio, Bartomeu situó al Barça en una posición inadmisible. Y lo hizo únicamente para salvarse él y, a quien es su compañero y amigo Sandro Rosell, trató de salvarlo de la prisión, pero no lo ha logrado». El segundo factor fue, precisamente, el ingreso en prisión incondicional de Rosell por blanqueo de dinero y pertenencia a «organización criminal».