Entre lágrimas y sin dar explicaciones. Rafa Benítez dio ayer un portazo al Valencia anunciando que se va. De nada ha valido que el club le ofreciera cuatro años de contrato y el control absoluto del área deportiva. Según explicó en un comunicado que no pudo acabar, emocionado, ha pesado más "el desgaste anímico y personal de la última temporada", lo que ha llevado al técnico a marcharse. Tuvo tiempo de agradecer el apoyo de "jugadores, empleados, medios de comunicación y, especialmente, la afición". Anfield Road y el Liverpool le esperan con los brazos abiertos.

El club ya le busca sustituto. Manuel Llorente, director general, viajó ayer a Londres para proponerle a Claudio Ranieri entrenar al Valencia tras conocerse que el italiano ya no seguirá en el Chelsea, donde será sustituido por José Mourinho. No sería la primera vez, puesto que ya ganó la Copa de 1999 con el club levantino. Ranieri es el principal candidato de una lista en la que también aparecía Didier Deschamps, que ayer renovó con el Mónaco.

Benítez no estaba a gusto en el Valencia. Ni los triunfos (dos Ligas y una Copa de la UEFA en tres años), ni la devoción de los aficionados le han hecho olvidar que sus propuestas de fichajes han caído en saco roto una y otra vez o que, en su pugna con el secretario técnico, Jesús García Pitarch, los dirigentes siempre mantuvieran una calculada equidistancia.

"HABEIS LLEGADO TARDE" Pero la gota que colmó el vaso de su paciencia cayó al enterarse de que el Valencia sondeaba a otros técnicos. La oferta para renovar no llegó hasta que los trofeos de la Liga y la UEFA ocupaban las vitrinas del club. El prestigio de Benítez había traspasado las fronteras y el teléfono de su agente, Manuel García Quilón, recibía ofertas. Como la del Liverpool, que le dobla el salario (tres millones de euros netos al año) y le da el control del área deportiva en una Liga donde los proyectos son a largo plazo. "Habéis llegado tarde", dijo Benítez a los negociadores del Valencia, según explicó el consejero Juan Bautista Soler.

El entrenador más laureado de la historia del club se marcha con un año de contrato pendiente, fruto de la renovación por dos temporadas tras ganar la Liga del 2002. El presidente, Jaime Ortí, aseguró que el técnico renuncia "al considerar que el ciclo ha llegado a su fin". Aunque Ortí cree que se cierra una etapa "maravillosa" anunció que el Valencia defenderá sus intereses ante "un profesional que ha incumplido su contrato". No explicó cómo lo hará, porque no hay cláusula de rescisión.

De "sorpresa desagradable" calificó la fuga de Benítez el director general, Manuel Llorente, que achacó la marcha "a objetivos y asuntos personales", y no "a cuestiones económicas". Incluso afirmó: "El club ha hecho lo posible para que siguiese".

Benítez deja huérfana a una afición rendida a sus pies y coloca en una situación delicada a un consejo de administración dividido, que el sábado deberá dar explicaciones en la junta de accionistas. Tres años en el Valencia han convertido a Benítez en uno de los técnicos más cotizados. Su capacidad para mover el banquillo y mantener tranquilo el vestuario pese a sus roces con Kily González y Ayala, además de los resultados, han hecho olvidar que llegó a Mestalla como última opción. "Valencia y el Valencia siempre estarán en mi corazón. Gracias a todos, mucha suerte y amunt Valencia" , decía un comunicado que las lágrimas interrumpieron.