Un buen partido de Jesé Rodríguez, autor de un gol, y un certero cabezazo de Karim Benzema dieron la victoria al Real Madrid, que ganó 2-0 sin brillo a Osasuna para encarrilar su pase a los cuartos de final de la Copa del Rey. Ángel Di María, suplente, fue silbado tímidamente cuando fue nombrado por los altavoces.

Fue Jesé el hombre del partido. El canterano fue uno de los pocos de su equipo que pudo aportar algo de chispa a un encuentro con una primera parte espesa para el Madrid, mientras que la segunda resultó algo más equilibrada aunque sin demasiadas florituras. Precisamente, la desaparición de Jesé, que se marchó lesionado a falta de veinte minutos para el final, frenó la recuperación madridista.

Los 45 primeros minutos se pueden resumir fácilmente. Un remate a puerta del Real Madrid y un gol. El que hizo Karim Benzema de cabeza tras rematar una falta sacada por Luka Modric. El resto, falta de ideas y remates precipitados que se marcharon lejos de la portería que defendió Asier Riesgo.

Solo Jesé y algún detalle de Cristiano dieron algo de sentido al juego del Real Madrid, que incluso pudo marcharse al descanso con tablas en el marcador. Osasuna no aprovechó sus opciones y después lo pagaría caro. Casillas lo evitó en una de esas ocasiones a remate de Cejudo y después, al borde del descanso, fue testigo del error de Oier, que no acertó a rematar bien el balón cuando estaba solo en el punto de penalti.

Pero el gigante dormido medio despertó y con eso bastó. Todo lo que faltó en el Real Madrid apareció a medias, pero fue suficiente. Antes de sufrir un tirón en el gemelo derecho, Jesé hizo el segundo gol. Fue su premio a un buen partido que no pudo terminar. El 2-0 no es definitivo, a Osasuna siempre le quedará apelar en su estadio a un combate que se convierta en una noche épica.