El gran día del fútbol sudamericano, la gran fiesta de Argentina, se ha suspendido. El Boca-River se ha aplazado por las fuertes lluvias que caen sobre Buenos Aires, y el primer partido de la final (el segundo se disputa el 24 de noviembre) de la Copa Libertadores se jugará el lunes o el miércoles. Los federativos y los árbitros de la Conmebol tomarán una decisión definitiva tres horas del inicio oficial del partido (21 horas en España).

Los avisos de un periodo de fuertes tormentas se han confirmado, y ambos clubs están a la espera mientras una intensa lluvia, acompañada de viento, se abate sobre Buenos Aires. Varias calles del barrio de Boca quedaron anegadas y el estado del césped presentaba mucha acumulación de agua.

Las previsiones meteorológicas anuncian una ligera mejoría a medida que avance la tarde, aunque persistirá el episodio de lluvia. El equipo arbitral hará una revisión del terreno y ver si está en condiciones.