Este partido no estaba programado así. Tenía que haberse celebrado en las alturas, en un ambiente de gala presidiendo un choque entre colosos. No será así. El fracaso del Real Zaragoza desluce el evento hasta casi dejarlo a oscuras. Aquella batalla entre aspirantes ha quedado relegada a una lucha por la supervivencia para un equipo aragonés al que una victoria ante el Deportivo le dejaría casi con los dos pies en la Segunda División. El premio nunca debería tener valor, pero la vida adquiere una dimensión diferente cuando se ha visto la muerte de cerca. Y al Zaragoza, un alma en pena durante toda la temporada, ya solo le queda oxígeno para seguir respirando. Hace tiempo que dejó de hacer vida normal.

Tampoco el Deportivo está para tirar cohetes. Conserva intactas sus opciones de clasificarse para el playoff, pero nada más. El ascenso directo ya se ha convertido en una quimera y también su temporada se ha torcido. En todo caso, la decepcionante campaña del Deportivo es pecata minuta comparada con la del Zaragoza. Al menos, los gallegos siguen con opciones y el playoff está a solo un punto. Eso sí, la búsqueda del tesoro será ya sin Natxo González en el banquillo. El técnico, despedido hace tres semanas, se quedará sin recibimiento en La Romareda, que lo esperaba con los brazos abiertos después de negociar con el Deportivo en plena disputa por el ascenso con el Zaragoza. Tampoco en La Coruña le ha ido bien al entrenador vasco, ya en el paro. Su ausencia supone otro aliciente menos en este duelo entre grandes pequeños.

Llegan ambos equipos a la cita después de solventar con triunfo sus últimos envites. El Depor, ante el Numancia en Soria, y el Zaragoza en su visita a un desahuciado Córdoba. Pero convenció menos el que más goleó. Porque la primera parte de los aragoneses fue espantosa, preocupante e indigna de un equipo con el agua al cuello. Solo la actitud suicida del Córdoba y la inspiración de Marc Gual proporcionaron un triunfo clave para aspirar a, maldito objetivo, seguir en el infierno.

La Romareda espera a los suyos dispuesta a echar la enésima mano, pero con las garras afiladas. Pombo y Álvaro ya sufrieron la ira de la grada en el último partido jugado en casa y para hoy está programado otro acto de protesta, eso sí, al final del partido. Al menos uno de aquellos dos futbolistas será titular esta tarde. Álvaro, fijo para Víctor por fútbol y compromiso, se situará en la parte izquierda del ataque para dejar a Marc Gual como referencia ofensiva. No puede ser de otro modo después de que el atacante badalonés viviera en Córdoba su mejor jornada como zaragocista. No parece tan diáfana la vuelta de Pombo al once. El canterano, que no jugó en el Nuevo Arcángel, tiene muchos números para empezar desde el banquillo.

La gran sorpresa podría ser Papu. Porque Víctor lleva toda la semana meditando su titularidad ante el Deportivo, aunque la baja definitiva de James trastoca los planes. La duda reside en saber si esto afecta de lleno a la decisión del técnico aragonés, que, en todo caso, dispondrá un equipo ofensivo. Si la apuesta es un 4-2-3-1, Ros sería el acompañante de Eguaras en la medular y Papu -o Pombo-, Biel y Álvaro formarían la línea de mediapuntas. Si Eguaras juega solo, podría haber más variantes, algo que no sucede en defensa, donde seguirán los mismos que en Córdoba.