Al terminar la rueda de prensa en el estadio Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía, donde 'la Roja' cayó por 1-5 ante Holanda en su debut mundialista, Vicente del Bosque entró en el vestuario de España. Y se encontró con una escena inesperada. Abrió la puerta y topó con el silencio. Estaba hablando Iker Casillas, el capitán, el portero que había jugado, según él mismo, "un partido horroroso", "el peor" de su carrera deportiva.

"Cuando llegué al vestuario, estaba hablando con todos. Había un silencio solemne", ha revelado el seleccionador este sábado desde Curitiba, lugar de concentración del equipo español. "Estaba autoinculpándose en algunas cosas, pero es responsabilidad de todos. Estaba poniendo la base de la futura rehabilitación, de no entregarse, de saber que hay mucha gente en España que está con nosotros", ha explicado. "Actuó de capitán y el final de su discurso --el que pudo escuchar el técnico-- me pareció positivo, majo, útil. Muy útil".

La primera piedra

Del Bosque entendió entonces que los jugadores, tras el lamentable encuentro con Holanda que complica su futuro en el Mundial, habían iniciado la regeneración. Sintió el seleccionador que la primer piedra, después del monumental desastre, estaba ya colocada. Ahora toca, según ha explicado, ir poco a poco en la reconstrucción para llegar el miércoles a Maracaná con posibilidades de ganar a Chile y tener esperanzas de llegar a octavos de final.

El seleccionador también ha quitado importancia a los silbidos que recibió Diego Costa cada vez que tocaba el balón en Salvador de Bahía. También le abroncaban cuando se acercaba a las gradas. "No creo que le afecte nada. Conociéndole, no le afectará, lo doy por seguro. Ya lo silban en los campos de España. A él le motiva toda esta historia", ha precisado Del Bosque.