Manías y rarezas. Colores y tamaños. Gustos y divismos. Cada cual busca una cosa, un detalle, una nota que le diferencie del resto, que le identifique como único y genuino. Da igual que sea en un playground o en la pista más sofisticada, todo jugador de baloncesto, profesional o amateur, señala en sus zapatillas su forma de ser y de jugar. Es un rito. Ver, elegir, probar, comprar y jugar. En el CAI no son excepción. Su herramienta de trabajo acoge un protagonismo especial y cada uno impone una marca, una tonalidad, una característica para vestir sus pies.

Blanco y rojo es el color predominante. Cosas del patrocinador. Y del destino. "El rojo es mi color favorito, pero además casi todos los equipos donde he jugado, Manresa, Murcia, CAI... lo llevaban", recalca Reynolds, que lleva unas Reebok. Su compatriota John Brown opta por las Nike, la marca que Jordan popularizó en los 90. "Primero tuve unas Booster Brown, pero siempre coincido con el color del equipo", dice el de Florida.

Maniáticos

Otros son maniáticos y les cuesta una barbaridad encontrar su par. Galilea no oculta ser muy meticuloso. Ahora calza unas And1 aunque en su extenso currículum ha desgastado todo tipo de marcas y modelos. "Me resulta muy complicado encontrar algo que me guste. Tengo problemas y soy muy maniático. He pasado por Avia, Reebok, Nike, Adidas... por todas. Voy cambiando de vez en cuanto, si hago un mal partido o me siento mal por algo", comenta el base. En su anecdotario no faltan las referencias al calzado. Nacho Ordín, el base montisonense del Granada, comparte con él una curiosa historia. "Jugábamos juntos en León. Si veía que en un calentamiento no me sentía cómodo con mis zapatillas se las daba a Nacho porque teníamos el mismo número y me las cambiaba. Al terminar el año tenía un montón de pares míos", comenta el donostiarra.

Cilla también se lo piensa más de dos veces cuando va a la caza de sus deportivas. La tecnología actual no le ayuda. "Ahora son más compactas y yo siempre busco que sean flexibles y bajas. No me gustas las tipo botas", describe el de Alagón. Como a muchos, a él le tocó en su época heredar las de su hermano. En especial recuerda las Weapon Magic ("Esas de color amarillos y morado", apunta) y, como no, las Nike Air Jordan, el mismo modelo que añora Lescano. "Sí, el modelo que tenía una lengueta con muchos colores. Yo las tuve", recuerda el argentino, que ahora viste unas llamativas Adidas. Una de las primeras cosas que hizo Matías tras llegar a Zaragoza fue ir a un supermercado y comprarse un buen par. "Pero para correr", detalla el argentino, que dice que en su país el precio de las zapatillas es similar al de España.

´Puxa Asturies´

Asier y Urtasun tienen contrato con Converse, una marca con aire retro. Sin embargo, las primeras que calzó el pívot fueron unas Nike --"Sí, me las regalaron en mi comunión", recuerda Asier--. Txemi siempre ha tenido preferencia por el color blanco, como Ferrer (Nike) y Roberto Núñez (Nike y Reebok). El cordobés se inició en el básket con unas J´Hayber: "Las más baratas del supermercado", responde. El base también dibuja una sonrisa cuando se acuerda de su primer par. "Unas Kelme Villacampa. Eran fantásticas".

Borja Fernández deposita su corazón en cada acción. Pisa fuerte por donde va y en cada paso derrocha su fuerte personalidad. El pívot es devoto de su tierra. Un enorme tatuaje de la cruz de Don Pelayo, símbolo de la región, expresa este amor en su hombro. Menos visible e igual de expresivo es el motivo que esconde en su talón. "Pongo en mis botas siempre el lema Puxa Asturies. Viva Asturias", comenta el gigante de Pontigón, que calza un número 54. "Tener el pie tan grande siempre me trajo problemas para encontrar zapatillas desde que era pequeño. Ahora llevo una Nike porque son las más cómodas", remarca el pívot, que recomienda las Adidas Promodel.