Entre el frío, la lluvia y la intensa neblina que envolvía las instalaciones de la Granja Comary, Brasil buscaba ayer la fórmula milagrosa que le permita recuperar su orgullo ante Holanda. Una canarinha que apela a la fe de sus jugadores y que, pese a la humillación del martes ante Alemania, se enfrentará hoy con la cabeza bien alta al equipo de Robben, Van Persie y compañía. El estadio Mané Garrincha de Brasília será hoy (22.00) testigo de la redención o de la definitiva debacle de la anfitriona frente a una torcida brasileña que vive su peor pesadilla desde la clasificación de Argentina para la final de mañana en el Maracaná.

El encargado de llevar a cabo este milagro será una vez más el seleccionador Luiz Felipe Scolari al que muchos en Brasil ya han crucificado exigiendo su dimisión independientemente del resultado de hoy. Entre ellos, el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, José María Marín, quien según el periódico brasileño Folha de Sao Paulo señaló a Felipao como único responsable de la goleada ante Alemania criticando, entre otros asuntos, la táctica de despiste con las alineaciones en los días previos al encuentro. La publicación también afirmaba que Marín espera la final del torneo para destituir a Scolari y colocar al exentrenador del Corinthians, Adeonor Leonardo Bachi Tite.

16 MILLONES DE EUROS Mas allá de las conspiraciones en torno al futuro de la seleçao, lo que importa a los brasileños es no salir demasiado escaldados del Mundial y, si Van Gaal lo permite, hacerse con un digno tercer puesto en la competición. Algo que además le reportaría a la CBF 16 millones de euros, la mitad de los cuales sería repartido entre el cuerpo técnico y los jugadores del equipo anfitrión. Un caramelo en medio de la amargura que asola el conjunto.

Para ello, Felipao testó ayer un equipo con algunas novedades importantes. Con su capitán, Thiago Silva, de vuelta tras la sanción de semifinales, Brasil intentará un juego más ofensivo y que buscará mayor creación con una alineación en 4-3-3. El lateral de la Roma, Maicon, desbancará difinitivamente en el lateral derecho al barcelonista Daniel Alves, mientras que Ramires ocupará la plaza de interior dejando a Oscar, Willian y Jo en el ataque. Sin duda, la baja más importante del equipo será la de Fred. El nueve desaparece tras una desastrosa campaña en la que ha perdido la confianza del técnico y se ha convertido en el centro de la ira de los aficionados, muchos de ellos incondicionales de Robinho y, especialmente, de Ronaldinho Gaucho.

DUELO CON VAN GAAL Sin embargo, los gritos de "Neymar, Neymar" en el entrenamiento de ayer, en el que el crack del Barcelona se mantuvo en la grada observando a sus compañeros, son un continuo recordatorio de que al equipo de Scolari le sigue faltando la magia del diez para brillar. Felipao es consciente de sus limitaciones y, por si fuera poco, en el Mané Garrincha le espera su viejo enemigo Louis Van Gaal. En 1995, el seleccionador de Brasil, que por entonces dirigía al modesto Gremio de Porto Alegre, se dejó una Intercontinental en los penaltis frente al Ajax dirigido por el técnico holandés.

Ahora, tras un inicio de Mundial cargado de acusaciones entre ambos seleccionadores, envolviendo los horarios de los partidos de la fase de grupos y el arbitraje, el ambiente entre ambos está bien cargado. "Solo un burro o un malintencionado podría insinuar eso", llegó a espetar Scolari ante las acusaciones del exentrenador del Barça, cuando afirmó que los anfitriones podrían elegir a su rival en octavos de final.

DOS COLOSOS Precisamente, el holandés, que furioso tras la derrota ante Argentina afirmó que la final de consolación "no debería jugarse", cambió ayer su discurso 180 grados aumentando aun más la tensión por el tercer puesto. "Todavía tenemos cosas que hacer aquí. Queremos ganar a Brasil y con ello escribir la historia de Holanda al salir del Mundial sin perder un partido", dijo en referencia a que hasta ahora su equipo solo ha sido batido en los penaltis.

Y es que la fiesta del Mundial se acaba y es hora de saber quién saldrá con los galones del fútbol mundial sobre los hombros.