Colombia, un equipo que busca el crecimiento, dejó en evidencia a Brasil, que salvó el pescuezo gracias a dos acciones a balón parado de sus centrales para lograr el pase a las semifinales del Mundial, en la que se encontrará el 8 de julio con Alemania. Dos de sus zagueros, Thiago Silva y David Luiz apagaron el fuego de un choque invadido por la zozobra en los minutos finales, en los que Neymar fue retirado en camilla.

Brasil acabó agobiado, mirando el tiempo. En una cuenta atrás interminable y resguardado en su meta. Con el miedo en el cuerpo tras el penalti transformado por James, al que la cita en ningún caso le vino grande.

El partido dio un vuelco pronto. Propiciado por un error en cadena de la zaga colombiana en un córner botado por Neymar, que Thiago Silva, sin oposición, empujó el balón a la red. Colombia pretendió reaccionar en medio de la fiesta brasileña. Fue la dinámica que adquirió el partido. Desde ese momento alocado, roto. Otra jugada a balón parado acabó con las dudas de Brasil y con el ímpetu colombiano. Una falta lejana, un obús de David Luiz volvió a superar a Ospina.

Bacca salió por Teófilo Gutiérrez y en la primera que tuvo fue trabado por Julio César. James marcó el penalti. Su sexto gol. Que metió a Colombia otra vez en la pelea a falta de diez minutos. El equipo de Pekerman lo intentó hasta el final. Pero el tiempo acabó con su sueño.