Petrovic es casi sinónimo de baloncesto, es leyenda y mito. Petrovic es Drazen y es la Cibona de Zagreb, Yugoslavia, el Real Madrid, los Portland Trail Blazers y un accidente en Múnich. El apellido Petrovic sigue vivo no solo en la memoria de los aficionados sino también el Aleksandar, el hermano mayor, que hoy entrena al Lietuvos Rytas y que se ha forjado una extensa y completa carrera tanto en la pista como en los banquillos. Como jugador fue campeón de Europa con la Cibona en 1985 --contra el Real Madrid-- y 1986, conquistó tres Ligas yugoslavas, seis Copas, dos Recopas y una Liga italiana en Pesaro. Con la selección sumó cuatro bronces, uno de ellos en los Juegos de Los Ángeles 84.

Siempre fue un jugador de equipo, así que su paso a los banquillos fue algo natural y comenzó muy pronto tanto en la Cibona como en la selección. En 1995 llegó a España por primera vez para hacerse cargo del Caja San Fernando sevillano, al que llevó en 1996 a la primera final de la Liga ACB de su historia, en la que acabaría cayendo ante el Barcelona. Dos años después volvió a Croacia, a casa, a la Cibona, para probar después en Polonia y regresar a España de la mano del Lleida en el 2004.

En Zagreb ha logrado sus mayores éxitos como entrenador. Ha llevado a la Cibona a conquistar seis Ligas en los años 1992, 1993, 1994, 1995, 1998 y 1999 además de las Copas de 1995 y 1999. Su última experiencia en casa fue en el otro equipo de la ciudad, el Cedevita, al que llevó también al mayor éxito de su historia, el tercer puesto en la Eurocup del 2011, año en el que