De los tiradores siempre se dice que su acierto es cosa de rachas. A veces es solo es cuestión de empezar y ya no hay quien los pare. Es lo que les pasó el miércoles en Hungría a DJ Seeley en el primer cuarto y a Nicolás Brussino en la segunda parte. El argentino acabó siendo decisivo para la fundamental victoria del Casademont en la Champions con sus 19 puntos en 19 minutos y un acierto extraordinario desde el 6.75 con cinco triples en siete intentos, un 71,4% que no había firmado aún desde que juega en España.

El escolta de Las Parejas hizo su partido más destacado, y decisivo, fuera de casa. En los últimos meses el mejor Brussino se había visto en el Príncipe Felipe, con los 21 puntos ante el Fuenlabrada o los 18 contra el Baskonia. En Europa todavía no había protagonizado un partido tan redondo. El argentino se ha consolidado con unos nueve puntos de media tanto en la Liga como en la Champions.

Brussino fue uno de los fichajes del pasado verano del Casademont Zaragoza después de dos temporadas en las Islas Canarias, primero en el Gran Canaria y luego en el Tenerife. Entre otras cosas, su incorporación obedecía a la fe en su talento, mostrada desde el inicio por Porfirio Fisac. Antes de empezar a jugar, el técnico explicó por qué iba a exigirle más que al resto.

«Va a ser un año importante para él y el grado de exigencia que voy a tener con él va a ser superior en algunos casos al de otros porque creo que es de esos chicos que, como el año pasado Justiz o Alocén, te pueden hacer cambiar la plantilla», explicó Fisac, que también tenía claro cuál era el carácter de su nuevo jugador. «Es un argentino un poco atípico, no es de los que vienen que te como, de carácter, es un jugador con gran talento, gran físico y que mentalmente es muy estable a pesar de que aún es joven. Él tiene que asentarse y decir esta es mi casa y aquí es donde tiene que ser un gran jugador», señaló el técnico segoviano.

Y en eso anda el jugador argentino, buscando su espacio. Habitualmente su trabajo no se circunscribe a la anotación, sino que también rebotea, asiste, defiende, un poco de todo. En Hungría fue el primer día en que no capturó ni un solo rebote ni repartió una sola asistencia en 19 minutos de juego. El miércoles su aportación estaba clara y el equipo le buscó para que hiciera lo que estaba haciendo de maravilla, lanzar y anotar. La gran mayoría de sus puntos fueron en la segunda parte y, los últimos que anotó, fueron clave para cerrar la victoria y despejar el camino de la clasificación europea para el Casademont. Brussino se soltó al fin fuera de casa y fue ese jugador importante que quiere Fisac.