Cuenta el Real Zaragoza sus más hermosas historias en noches de Copa. Fue esta competición la que lo situó entre los más grandes del fútbol español hace más de medio siglo. Cuando nacían los Magníficos empezó a acercarse hasta las últimas rondas de su torneo, tanto que fue finalista durante cuatro temporadas consecutivas, entre 1963 y 1966. En aquellos tiempos se contaba en las calles que las finales de la Copa de España las jugaban el Real Zaragoza y otro. Casi, casi. Creció a mucha velocidad aquel espléndido equipo que sumó dos títulos en cuatro finales mientras recorría Europa subido a aquella competición llamada Copa de Ferias, que vendría a ser algo parecido a lo que hoy es la Europa League. También en el continente jugó finales, dos. También ganó. Una, en 1964 ante el Valencia. De hecho, fue el primer título importante conquistado por el equipo aragonés.

No siempre fue así, pero sin duda la Copa es la competición que más alegrías le ha dado a Zaragoza y sus gentes. No en vano, es el sexto equipo que más títulos ha logrado, con seis, por detrás de Barcelona, Athletic, Real Madrid, Atlético de Madrid y Valencia. Más allá de eso quedan noches inolvidables, sobre todo en La Romareda, con remontadas memorables, goleadas que solo se explican sobre la pasión de este torneo diferentemente bonito. Hace más de once años de la última, aquella noche de febrero en que Diego Milito le marcó cuatro goles al Real Madrid. 6-1. Fue la última noche grande. Luego llegó Agapito y ya se sabe. Entre líos, apaños, descensos, componendas y tejemanejes, el Zaragoza fue perdiendo toda su aura, hasta el extremo de que pasó de ser el torneo fetiche a la competición maldita. Nadie la quería, con la excusa unas veces, pocas, de pensar en la permanencia (curiosamente el último título lo ganó ante el Madrid de los Galácticos siendo un recién ascendido); con el pretexto otras de poner el ascenso por encima. Nada. Hace años que el Zaragoza no hace una Copa decente. Con ningún rubor han ido pasando entrenadores por La Romareda proclamando en voz alta que al Real Zaragoza le importa un bledo la Copa. ¡La Copa!

Bien está que se sepa que el equipo aragonés no está ahora para ganar títulos. Otra cosa es desafiar a la historia, aborregarse, ofender a los suyos. No hace daño la Copa, sino los que no la quieren jugar. Esta vez, al menos, dice Natxo González que no la va a tirar. «Ganar es nuestra obligación», afirmó. Falta que su equipo cumpla con la historia después de sufrir cuatro eliminaciones consecutivas.

Esta vez, el bombo quiso que el Granada repitiera en La Romareda en diez días. En la Liga fue mejor el Zaragoza, pero el conjunto andaluz se llevó un punto al aprovechar un error, otro, de sus defensas. Después corrió el Zaragoza hacia una victoria que no llegó, trazando las primeras formas del ideario de González, que espera un partido parecido al último, aunque no igual. No lo será, ya que se espera que ambas escuadras se armen con unos cuantos suplentes. El entrenador zaragocista no fue capaz ayer de confirmar con qué futbolistas contará hoy, a falta todavía de dos entrenamientos. Dará la lista después de la sesión de esta mañana.

En el Granada, Oltra ya se vio obligado en parte a enseñar sus bazas al dar la convocatoria, en la que no están los lesionados Germán y Montoro; ni Machís y Peña, con sus selecciones. Tampoco viajaron Álex Martínez ni Saunier.