Alberto Contador ha abandonado este martes la ciudad francesa de Besançon, donde el Tour de Francia pasa la primera jornada de descanso, marcada por la caída del lunes y consiguiente retirada del ciclista madrileño, gran favorito a la victoria final en París. Emilio Butragueño, en nombre del Real Madrid, ha ayudado al corredor a encontrar con rapidez un especialista que le trate de la lesión que se produjo en el accidente del Petit Ballon.

Se trata de uno de los médicos que colaboran con el conjunto blanco, Manuel Leyes, que esta misma tarde visitará al ciclista de Pinto en la clínica Cemtro y, si así lo considera oportuno, ya le intervendrá quirúrgicamente de la pequeña fractura que sufre en la cabeza de la tibia derecha.

La operación es la única posibilidad que maneja Contador para poder disputar la Vuelta, que comienza el 23 de agosto en Jerez de la Frontera, entre otras cosas porque es el único aliciente que le queda, tras el abandono de la ronda francesa. De no poder correr, pondrá fin de forma precipitada a la temporada 2014, donde se había marcado el gran objetivo de volver a ganar en París.

Dolor y pesadillas

"He pasado muy mala noche, tanto por el dolor en la pierna como por las pesadillas, ya que ha sido entonces cuando me he dado cuenta de que ya no estaba en el Tour y que se había perdido el trabajo de todo el año", ha afirmado Contador poco antes de abandonar Besançon, en el avión privado de Oleg Tinkoff, el multimillonario ruso que patrocina su equipo.

"Ahora solo pienso en recuperarme lo antes posible, en poder volver a subir a una bici enseguida. Hay quien me ha dicho que será imposible antes de cinco o seis semanas, pero otras personas, más optimistas, me hablan de tres semanas", ha añadido el ciclista, que confía, sobre todo, en disputar la ronda española que ya ha ganado dos veces. "El Tour se me ha escapado. Esto es lo único que sé y ahora ya ni tengo ganas de seguir viendo la carrera. Del lunes solo sé que ganó Nibali, y poca cosa más", ha concluido el corredor con cara de abatimiento.