Monzón, la localidad de los ocho olímpicos, cuenta con un nuevo prodigio. Es un mocetón de 14 años y 1,94 de altura. Se llama Mario Revenga. Como Ignacio Vigo y Cristina Espejo, las dos últimas estrellas jóvenes del Hinaco Monzón, estudió en el colegio de Santa Ana y hasta el año pasado jugaba al baloncesto. El domingo pasado puso en pie al pabellón de Antequera cuando batió en las semifinales de los 60 vallas en los Campeonatos de España cadete el récord de España de la modalidad con 8.21. Después se llevó el título nacional en un glorioso domingo en el que Aragón se llevó otros dos oros con Salma Pallaruelo en la misma prueba y Mireya Arnedillo en el mil.

«No me esperaba batir el récord de España. Me desperté muy pronto. Salí tranquilo y sin arriesgar. Tiré la primera valla y toqué la segunda, pero ni me enteré. Me lo dijo Ricardo Verdugo al ver el vídeo de la carrera», explica Revenga. Después venció en la final. «Fácil no fue. Pero le saqué tres décimas a Víctor Almagro. Mi vino de lujo el triunfo y se lo dediqué a Nacho, mi padre». Lo entrena desde el año pasado Ricardo Verdugo. «También hago combinadas. Los médicos dicen que cuando sea mayor llegaré a los dos metros. Ahora al aire libre haré lo que pueda. No se en cuanto estará el récord de España de 100 vallas. Sería mucha responsabilidad que se lo tuviera que batir a Moracho».

También es del Hinaco, aunque estudia en el colegio Pirineos de Zaragoza Mireya Arnedillo. La corredora de Jesús Romero era la favorita del kilómetro. Y lo ganó con autoridad. «Fue una carrera limpia y fui siempre controlando. Me puse a falta de una vuelta en cabeza y batí el récord de los campeonatos con 2.55.77. Es mi mejor triunfo», explica. Ahora disputa el Nacional de cross en Don Benito. «Voy a por todas. Nunca he corrido un Nacional de cross y las expectativas son buenas. Mi gran rival será Ángela Viciosa, que me ganó en el Nacional de clubs». Estudia Segundo de la ESO. «Me organizo bien con los libros y el atletismo. Pero el deporte se tendrá que acabar algún día», reconoce realista.

Una todoterreno como Salma Pallaruelo se llevó el oro en los 60 vallas. También corrió los 60 lisos. «No me sorprendió el triunfo. Fue complicado y hubo mucho nivel. Le pude ganar a Judit Devers, que es más veterana que yo», explica Pallaruelo. Desmostró sus grandes dotes competitivas. «Fue el mejor triunfo y se lo dedico a Diosdada, mi madre. Me concentré en las vallas, salí rápida y solo miré para adelante». Ahora cambiará de chip y disputará el Nacional de cross. «Mi objetivo es acabar entre las cinco primeras», dice esta atleta de 13 años que se entrena en el Club San José con Ricardo Gimeno. «Es perseverante y me da mucha confianza», afirma de su técnico.