El CAI Aragón dio una lección de madurez al vencer en la pista del Costa Blanca de forma holgada y demostrando que cada día que pasa su juego va ganando enteros gracias a la mejor conjunción de su plantilla. En esta ocasión, la solidez en ambas partes de la pista fue un elemento incontestable para el equipo local, que a penas pudo aguantar el ritmo regular y sin pausa que demostraba el cuadro de Fernando Bolea. La diferencia final fue un claro exponente de la distancia que separa a ambos conjuntos.

Bolea y sus jugadores salieron desde un principio concienciados de que no podían dejar escapar la ocasión de vencer en Alicante y por eso plantearon el partido con la seriedad necesaria y obligada para un conjunto que aspira al ascenso como es el CAI Aragón. El conglomerado sistema de contención de los zaragozanos no daba grandes ilusiones a los locales, que, para cúmulo de males, se encontraron con la actuación de un extraordinario Pablo Fernández, ayer titular bajo los palos. Con esta consistencia y la facilidad anotadora en el juego estático --sólo se corrieron dos contraataques en todo el encuentro--, el CAI se marchó con 9-11 a su favor al descanso.

ESCAPADA La superioridad visitante se exteriorizó con más fuerza en la segunda parte. Entonces, el CAI Aragón manejó el tiempo del partido a su antojo y buscó en las variantes defensivas (tras iniciar con un 6-0 cambió al 5-1 y 4-2) una forma de dinamitar el encuentro. Lo consiguió y fue acumulando una diferencia insalvable para el Costa Blanca.

La falta de resultados sorpresa entre los primeros clasificados deja al CAI Aragón en la misma situación que antes de esta jornada, sin embargo, la benevolencia del calendario permite un optimismo para ir subiendo puestos. La próxima semana recibe al Universidad de Granada, a priori, otra presa fácil.