En otro tiempo, no muy lejano, el CAI hubiera perdido un partido como el de ayer en Manresa. Mal juego, multitud de errores, marcador igualado hasta el final y balón para que el rival forzara la prórroga. Pues ni aun así perdió este CAI, que ha sabido cambiar su suerte para ser un equipo más fiable, mucho más fuerte fuera, más competitivo en definitiva. Sufrió pero ganó a La Bruixa D'Or por 71-74 y ya suma quince victorias, siete de ellas fuera de casa, tres de ellas en sus tres últimas salidas, en una segunda vuelta casi inmaculada, siete triunfos en ocho jornadas. El equipo continúa en la sexta plaza, empatado con el quinto, pegado al cuarto.

No fue el mejor partido del CAI que, pese a llegar tarde al pabellón por un duatlón, ofreció su mejor versión en el primer cuarto. Joseph Jones, a punto de pasar por el quirófano, ofreció un último servicio a su equipo convirtiéndose en la referencia interior y en el jugador con más minutos sobre la pista. Los dos pivots del CAI fueron los pilares del equipo, ya que el conjunto aragonés comenzó especialmente desacertado desde fuera. En realidad, fue la tónica general durante todo el encuentro, lo que impidió que el CAI despegara en el marcador y lo que dio vida al Manresa.

El triple, el acierto desde 6,75, fue el termómetro del partido. Sobrevivió desde ahí el Manresa, sufrió el CAI con solo tres aciertos en 19 intentos, y fue el descenso progresivo en ese porcentaje del conjunto local el que le alejó definitivamente de la victoria. Monroe tuvo incluso un último lanzamiento desde esa distancia para empatar el partido en la última posesión, pero el balón no entró y Roll capturó el rebote definitivo. Los exteriores del CAI no tuvieron su día desde el triple pero sí ayudaron a su equipo. Roll, un Stefansson especialmente enchufado, Rudez, tuvieron un gran acierto de dos y fueron sumando en momentos importantes.

El CAI tuvo su mayor ventaja en el primer cuarto (10-18), pero el Manresa igualó en un visto y no visto al inicio del segundo y, a partir de ahí, el marcador se igualó hasta el final. Hay encuentros en los que el paso de los minutos mejora el juego, como si los equipos fueran ajustando sus engranajes, calentando la maquinaria hasta adquirir su máxima potencia. Ayer sucedió al revés, el juego se enredó, empeoró, con el tiempo y aparecieron los errores, de lejos y de cerca, bajo el aro, en pases, en pasos. Se puso por delante el CAI en la recta final aunque no logró cerrar el partido a tiempo y tuvo que jugársela al final, en el último instante, en la última jugada. Y eso ya no es un problema para este CAI, que ha sabido cambiar su suerte.