Por fin. Le ha costado cuatro partidos, pero el CAI Zaragoza sumó ayer su primera victoria de la temporada, tan irrelevante como las tres primeras derrotas, pero que al menos sirve para reforzar la fe en el trabajo tan duro e intenso que está llevando a cabo el equipo que dirige Oscar Quintana. La primera víctima del CAI fue el Guipuzkoa, un equipo de LEB-2 con muchos jugadores de LEB al que los aragoneses superaron con suficiencia y realizando un partido completo en muchos aspectos.

Por primera vez en toda la pretemporada, la anotación de los jugadores estuvo realmente repartida y el CAI funcionó como un equipo. Hasta cinco jugadores hicieron diez o más puntos, sobresaliendo por encima del resto Antonio Reynolds, que firmó su mejor partido desde que llegó a Zaragoza. John Brown, uno de los más entonados hasta ahora, también rayó a buen nivel, lo mismo que Urtasun desde el banquillo. Y Jesús Cilla, oscuro en ataque contra el Tarragona y el Valls, se fue hasta los 15 puntos.

EL MISMO CINCO Quintana volvió a repetir cinco inicial y dejó, de nuevo, bien claro cuáles son sus intenciones para el comienzo de la temporada. A pesar de que el técnico ha confirmado que variará su cinco , la idea que tiene predefinida apunta a que confiará en los jugadores que ha puesto al principio hasta ahora.

Pero donde funcionó el CAI fue en defensa. Y ese sí es un aspecto con el que Quintana debió terminar satisfecho. El cántabro quiere edificar un grupo poderoso desde la defensa, desde la intensidad y, ayer, vio cómo un atisbo de lo que pretende se plasmó en un partido contra un rival menor, pero reforzado.

La diferencia final (12 puntos) es un simple maquillaje final a un resultado que debería haber sido más abultado y que los locales redujeron en un último esprint después de que el CAI hubiera disfrutado de ventajas de hasta 20 puntos. El aragonés Rogelio Legasa fue el máximo anotador del partido con 19 puntos.