El CAI Aragón sacó un punto de oro en su visita al bullicioso pabellón del Prasa Pozoblanco. En un derroche de entrega y concentración, el conjunto de Fernando Bolea logró enderezar un encuentro que había despreciado en la primera mitad (15-10 al descanso) y recuperar un empate del desastre que le permite, tras los resbalones de Pilotes Posada y Grupo OMP, incorporarse por primera vez en toda la temporada en la zona de ascenso al ser segundo.

El punto se revaloriza no sólo por esta entrada en el escalón hacia la ASOBAL sino por el hecho de haberse producido el impulso en una de las pistas más complicadas de la División de Honor B, un recinto propicio para que los aspirantes al ascenso entregen una derrota. No fue éste el caso del CAI Aragón, porque puso entrega y defensa cuando estaba con el agua por el cuello. Dormido, falto de concentración y aprisionado en el calor del público local, el cuadro aragonés, en el que volvía el húngaro Szobol y contaba con la baja de Aranda, se dejó sorprender por la ambición del Prasa. El trabajo eficaz del pivote local, Jaime García, con continuos bloqueos a sus compañeros y la producción de penaltis, fue clave en este sentido para imponerse a un CAI que andaba sin rumbo.

REMONTADA EN BLOQUE El descanso fue un refresco fundamental para los visitantes. Pulieron sus ideas y serenaron los nervios para centrarse en su juego. Sobrio y efectivo, el CAI, en conjunto, como un bloque, fue limando las distancias y en 15 minutos ya andaba por delante (20-21). Los de Bolea vieron entonces la victoria cerca (no pierden desde la jornada 4), al alcance de la mano, pero en ese momento, el Prasa se rehizo gracias al empuje de la grada y la calidad de su plantilla.

El empate definitivo se puede definir como justo y un buen resultado para el CAI Aragón y sus expectativas de ascenso. La próxima semana, el asequible Amenábar de Zarautz visita Zaragoza.