La reacción habitual del club despido-fichaje en cuanto la palabra crisis asoma la cabeza ha convertido a las plantillas del CAI en los tres primeros años de proyecto en una interminable lista de jugadores que se alarga hasta los 33 nombres. La mayoría llegaron con categoría de estrellas, de grandes fichajes para un equipo que aspiraba a ser más grande todavía, pero muy pocos demostraron cualidades en la pista y el equipo no ha conseguido todavía subir a la ACB.

De los que venían a aportar veteranía, Pep Cargol realizó una notable campaña en la 02-03 antes de retirarse y pasar a ser comentarista, Benito Doblado fichó en verano por el CAI Peñas de Huesca de Liga EBA, aunque ahora está lesionado, y Fran Murcia, tras dejar la práctica del baloncesto, pasa los últimos días junto a animales varios en La Granja de los Famosos , en Antena 3.

El baloncesto es el deporte estrella en Estados Unidos. Allí existe la mejor Liga del mundo y aparecen los mejores jugadores del planeta, pero el CAI no ha acertado al traer hombres del otro lado del charco. Sólo Otis Hill completó dos buenas temporadas en el equipo, pero terminó fuera porque, al parecer, no defendía bien, aunque él solo lograba más puntos y más rebotes que John Brown y Antonio Reynolds juntos. La primera campaña llegó Keith Hill, pero su rendimiento no fue el esperado y volvió antes de tiempo a EEUU alegando problemas familiares. Keith era pívot y en su lugar apareció un base, George Gilmore, que tal como vino de Hawai se terminó marchando antes del Playout .

Como sustituto llegó Derell Washington, que era alero y, este sí, un buen jugador, pero sólo estuvo los tres partidos de la eliminatoria. Ahora juega en el Cimberio Novara italiano. Para aquellos encuentros llegaron otros dos jugadores que acabaron salvando al club: Richard Petruska, que no se quedó, y Diego Ciorciari, que se ganó un contrato por cuatro años. Acaba de ser cedido al Bilbao de ACB, donde promedia dos mintos de juego por partido.

La misma estadística comparte con Ricardo Uriz, también en Bilbao, José Ramón Esmorís, en el Manresa, y con Rodrigo Sanmiguel, en el Forum de Valladolid. Son los cuatro únicos jugadores que han alcanzado la máxima categoría, aunque aparecen en el último lugar de las rotaciones de sus equipos. En la LEB continúan Carlos Martínez, en el Polaris de Murcia, José María Panadero, en el León tras pasar por Gijón, Sabaté, en el Menorca y Javi Mesa y Oscar González, en La Palma. No fueron decisivos en un equipo con aires de grandeza y no lo son en otros que se conforman con logros menores.

El único jugón , hombre importante, con espíritu ganador, es Matías Lescano, que sí continúa. También sigue José Antonio Ferrer, pero se ha tomado demasiado en serio lo de ser el hombre invisible del equipo y ha desaparecido de verdad. La lista se completa con Lester Earl, Rocky Walls, Gastao júnior (en la Liga paulista), Mario García, Juan José Giménez y Fran Ruiz. Todos pasaron con más pena que gloria, como un nombre más para engrosar una extensa lista de fichajes que continúa abierta.