El Real Madrid suma y sigue en su racha victoriosa y en Zaragoza frente al CAI sumó su vigésimo séptimo triunfo consecutivo en un partido en el que se encontró un rival muy correoso que le obligó a emplearse a fondo para conseguirlo.

Los zaragozanos estuvieron muy metidos en el partido desde su inicio, pero las escasas opciones que concedieron a los madrileños no las desaprovecharon para abrir brecha en el marcador en el comienzo del último cuarto.

El pabellón zaragozano, en el que no se veía ningún hueco, presentaba el aspecto de las grandes citas y los jugadores maños desde el primer balón en juego quisieron dejar claro a su adversario que no iban a tener que pelear hasta el final si querían seguir invictos tras su visita a la capital aragonesa.

Los hombres de José Luis Abós eran conscientes de que debían intentar obtener el mayor beneficio del posible cansancio de los madridistas que habían jugado un duro partido, resuelto como todo lo que han jugado esta temporada con triunfo, solo dos días antes en Belgrado ante el Partizan en el comienzo del Top 16 de la Euroliga.

Los maños se entregaban al límite en cada una de sus acciones lo que les permitió alcanzar en los primeros diez minutos hasta cinco puntos de ventaja (13-8), mientras el equipo de Pablo Laso no dejaba escapar ninguna oportunidad para realizar unas transiciones relampagueantes que le permitían no descolgarse en el marcador, de hecho acabaron por delante el primer cuarto.

Los aragoneses peleaban cada balón y dejaron sin anotar a su rival más de dos minutos al inicio del segundo cuarto, pero al que solo le costó medio minuto recuperar el mando en el marcador y enjugar el 5-0 inicial.

El hombre que más daño hacía a los blancos era el georgiano Gio Shermadini bajo los aros pero sus defensores trataban de mantenerle a raya y provocando que cometiese errores en sus lanzamientos.

Antes del descanso los madridistas dejaban patente la fortaleza de su banquillo en la recta final del cuarto y consiguieron su máxima ventaja (34-38), aunque los dos tiros libres de Shermadini la dejaron en dos.

Tras el descanso el conjunto madrileño salió dispuesto a abrir una brecha en el marcador que hasta ese momento y dispuso de varias oportunidades para irse por encima de los seis puntos de diferencia pero los rojillos no estaban dispuestos a darse por vencidos y ofrecían tenaz resistencia lo que les permitió no descolgarse y afrontar los diez últimos minutos con el electrónico igualado.

Desde el comienzo del último cuarto los blancos quisieron meter una velocidad más a su juego y lo consiguió con un parcial de 3-13 que parecía dejar sentenciado el choque, pero los maños empezaron a exprimir sus últimos gramos de fuerza y volvieron a hacer sentir su aliento a su rival al ponerse a cuatro puntos (66-70) y desperdiciar un ataque que pudo cambiar el desenlace final.

A poco más de un minuto Pablo Laso tuvo que pedir tiempo muerto para frenar a su rival y lo consiguió, aunque los zaragozanos dejaron un buen sabor de boca a sus aficionados a la espera de retomar el próximo miércoles su presencia en el Top 32 de la Eurocopa ante los croatas del KK Cedevita.