Este CAI Zaragoza gana ya hasta sin jugar bien. O al menos, sin necesidad de un partido redondo, completo, de cuarenta minutos de buen juego. Ayer en Fuenlabrada se llevó una nueva victoria, la decimotercera del año, la quinta consecutiva, la sexta fuera de casa, después de una primera parte bastante mala, diametralmente opuesta a lo visto hace una semana frente al Valencia, para sacar lo mejor de sí mismo en los segundos veinte minutos y saber una vez más esta temporada cómo ganar el partido. La sensación es que el CAI Zaragoza ha cogido velocidad de crucero, que el equipo está maduro, que la idea de José Luis Abós ha calado, que la máquina está engrasada: 72-81 en Fuenlabrada y, ¿por qué no?, la posibilidad de mirar hacia la cuarta plaza, hacia Gran Canaria, próximo rival, y Unicaja, que también ha de pasar por el Príncipe Felipe.

No fue el mejor CAI el que se vio en Fuenlabrada pero sí fue mejor que su rival, supo ir adaptándose al partido, sobreponerse, reaccionar a un inicio frío y, lo más importante, supo ganar. Este equipo ya no se pone nervioso en los finales ajustados. Además, ayer no lo fue tanto, el CAI logró asegurarse el triunfo con el tiempo suficiente para que los instantes finales no se convirtieran en otro carrusel de faltas. La decisión aragonesa, la pelea por cada balón, el acierto desde la línea de tres, habían salvado ya el partido y desactivado al Fuenlabrada. Para redondear la mañana, Henk Norel regresó con una actuación notable, con los mejores números del equipo aun dando la sensación de que no está en su mejor forma.

La primera parte hizo presagiar una mañana de sufrimiento. El CAI entró frío al partido, incómodo en defensa y con un ataque de circulación escasa que derivó en un desacierto inusual desde la línea de tres. Hasta diez veces tuvo que lanzar el CAI Zaragoza desde más allá de los 6,75 para lograr su primer triple del día a la undécima oportunidad. Fue obra de Stefansson en el minuto 23. Así las cosas, con el CAI desacertado en ataque y poco agresivo en el rebote, era el Fuenlabrada quien dominaba en el marcador. Hasta por once puntos (39-28), con el equipo aragonés haciendo la goma en el electrónico y dando la sensación de que el cambio real en el rumbo de los acontecimientos estaba en sus manos.

Sucedió en la segunda parte, cuando el CAI ajustó el rebote, concedió menos oportunidades a su rival y comenzó a encontrar con mayor sencillez el aro rival. De nuevo, fue un triunfo coral. Tan solo Tabu se quedó sin anotar y todos tuvieron su momento. El Fuenlabrada se resistió a base de Panko y Feldeine, poco más tienen los madrileños, pero el CAI se despegó definitivamente al inicio del último cuarto. Entonces se vieron los mejores minutos del bloque zaragozano, con el balón circulando de dentro hacia afuera, con 9 puntos de Sanikidze, con el aplomo y la seguridad necesarios para embolsarse el triunfo. El CAI terminó con 55 puntos anotados en la segunda parte y 39 recibidos, dando un nuevo paso al frente, mirando hacia arriba en la tabla.