El CAI Zaragoza ha puesto sus ojos en los terrenos del centro deportivo municipal de La Granja para llevar a cabo uno de los proyectos estrella que el club se fijó como objetivo desde su nacimiento. Se trata del club social donde crear cantera, donde concentrar servicios y gestión para crear una estructura deportiva de futuro. Y ha pensado en estas instalaciones deportivas teniendo en cuenta dos criterios claros: la proximidad al pabellón Príncipe Felipe y lo económico que resultaría pensar en la cesión de unos terrenos públicos y no comprar otros privados.

Hace unas tres semanas que el presidente del club, Reynaldo Benito, se lo trasladó al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, días después de que el primer edil se dirigiera a la organización de la Eurocup para pedir un cambio de fecha para el polémico CAI-Besiktas que acabará disputándose en la pista de Huesca. Se lo comunicó en una reunión a la que, según ha podido saber este diario, también asistieron el responsable municipal de Deportes, Roberto Fernández, y el portavoz de IU en el consistorio, José Manuel Alonso (reconocido aficionado al baloncesto y al equipo zaragozano). Un encuentro en el que informó de lo que lleva meses tanteando a través de otras instancias.

Así, aunque no haya una propuesta formal ni se haya presentado un proyecto concreto, una valoración de la inversión necesaria o de plazos y condiciones técnicas o administrativas a asumir, la propuesta está lanzada a Belloch, al que también le informó de que el club ya dispone de unos estudios previos sobre los posibles costes y la potencial demanda de un club de estas características que llevaría la marca Basket CAI Zaragoza.

TIEMPOS DISTINTOS Pero la negociación es lenta por una razón muy sencilla: los tiempos del club no son los del ayuntamiento. El CAI quiere impulsar esta operación en un momento que coincide con la amortización de la plaza en la ACB, que durante los últimos cinco años le ha supuesto un desembolso anual de más de 500.000 euros. Una financiación de la que queda liberado al término de la actual campaña y que podría servir para relanzar el objetivo de crear este centro social y deportivo privado que sea los cimientos del futuro de la entidad.

El problema para el CAI Zaragoza es que el ayuntamiento difícilmente va a acceder a desprenderse de unas instalaciones por la que regularmente pasan a unos 8.000 usuarios, que da servicio a todos los centros escolares del entorno de San José o que, en la campaña de verano, tiene la piscina más utilizada de toda la capital aragonesa. Así que el impacto en el barrio de perder estas instalaciones podría provocar una polvareda de proporciones imprevisibles pero siempre negativas.

No en vano, La Granja es el centro deportivo que más rentabilidad económica le da al consistorio. De manera que tampoco le convence que Reynaldo Benito se comprometiera ante el alcalde a dejar a los vecinos utilizar las instalaciones y al mismo precio que si fueran municipales. Porque, ¿quién ingresaría esa recaudación? Parece evidente que las arcas públicas no. Y que estas no van a renunciar a una de las fuentes de ingresos más seguras de las instalaciones municipales en la capital aragonesa. Quizá la única en el 2013.

En este sentido, la cesión del suelo al CAI no podría aprobarla el PSOE en solitario --tampoco está conforme--, CHA e IU no estarían en un acuerdo para ceder suelo público para un uso privado y el PP no parece que vaya a exponerse tanto a solo un año de las elecciones. No le queda otra que esperar a la próxima corporación, a pesar de que lleva varios meses rondando la idea.

AGRAVIO Por otra parte, las instalaciones de La Granja tienen otro hándicap. Una parte de ellas ya está comprometida con la iniciativa privada. Las pistas de pádel y el gimnasio son gestionados por empresas que ya firmaron una concesión.

Aunque la superficie restante, al parecer, ofrecerían espacio suficiente para el objetivo de la directiva: toda la infraestructura necesaria para prestar servicio a las categorías inferiores, agrupar los equipos que hacen cantera en la ciudad en un club social y deportivo del que sacar nuevos valores en el futuro. Un centro social y deportivo que, actualmente, poseen todos los grandes equipos de la ACB y que el club zaragozano siempre ha visto como un objetivo imprescindible para garantizar su durabilidad. Y que vio pasar ante sus ojos con el que es ahora el centro deportivo Aviva. Un sueño frustrado que ahora tocaba repensar.

Pero el CAI Zaragoza está dispuesto a jugar todas las bazas a su alcance y no ha olvidado deslizar el "agravio" que sufre el club por parte de las instituciones con respecto a otros, como el Real Zaragoza. Así, a nadie en el equipo se le escapa la cesión gratuita de las instalaciones municipales de La Romareda al equipo de Agapito Iglesias o que a este tampoco se le cobre ni un euro por la utilización de un estadio que también es municipal. Algo que no ocurre con el de Reynaldo Benito, que cumple con sus compromisos por utilizar el Príncipe Felipe.

Las ayudas a los clubes de élite han ido menguando sin que se haya levantado la voz. Ni por el patinazo por el traslado a Huesca para jugar las semifinales de la Eurocup contra el Besiktas.