El CAI Zaragoza volvió a caer derrotado una jornada más (ocho en los diez últimos encuentros) y aunque continúa instalado en la sexta posición cada vez da más sensación de un equipo que va a la deriva, tanto dentro del parqué como en el banquillo, y lo que es peor, la confianza en sí mismo, ya de por sí escasa, se deteriora de cara a las eliminatorias por el título. El conjunto palmero agrandó la crisis del equipo zaragozano apoyado en un inmenso partido de su base Marcus Hatten, que en la segunda parte superó a los bases locales Oscar González y Diego Ciorciari, a los que mando al banquillo con cinco personales, además de llevar a su equipo a la victoria. El primer periodo comenzó igualado y el acierto inicial de Marcus Hatten permitió ponerse a su equipo por delante en el marcador por vez primera (7-9) en el minuto 3, aunque estuvo muy bien secundado por el resto del equipo, lo que le supuso acabar el primer cuarto por delante en el marcador, ante un CAI Zaragoza cuyo único argumento ofensivo fue su pívot norteamericano Otis Hill, que acaparaba la mayor parte del juego ofensivo local hasta que su técnico lo sentó en el minuto 7. En el segundo cuarto el conjunto de Rafa Sanz demostró madurez en ataque, ya que tuvo tranquilidad y paciencia sabiendo buscar la mejor selección para finalizar la posesión, mientras que el equipo aragonés demostró un juego más racial, pero también bastante atropellado y mantuvo el tipo en el marcador por la clase individual más que por el juego colectivo. El acierto de Oscar González y de Otis Hill en el equipo local permitió al CAI abrir una brecha en el marcador (51-42) en el minuto 27 de partido pero la cuarta falta de ambos, que acabaron en el banquillo, unido al acierto de un espectacular Hatten (17 puntos en el tercer cuarto) devolvió la igualdad al electrónico. Los últimos diez minutos de partido fueron prácticamente un duelo entre Hatten y el CAI que llegó hasta los segundos finales con posibilidades para ambos conjuntos, pero siempre con los isleños por delante, lo que les permitió dosificar el tiempo para acabar consiguiendo una victoria que engrandece la herida del CAI Zaragoza y que comienza a abrir diferencias entre equipo y afición.