El Madrid se desploma e inicia su caída libre. El edificio presenta graves grietas que hablan de la necesidad de un inmediato apuntalamiento para impedir que se venga abajo con estrépito en el momento crucial de la temporada. Dos derrotas seguidas y ayer la primera, con formato de goleada (4-2), en la segunda vuelta del torneo doméstico.

Después del varapalo de la final de Copa, el conjunto blanco trasladó sus males a la Liga y amenaza ruina. Hoy puede tener al Valencia a un solo punto si los de Benítez vencen al Mallorca. Y es que lejos de atisbarse cualquier reacción tras el varapalo de la Copa, por San Mamés apareció un Madrid cadavérico, roto física y mentalmente y sin alma. Sólo fue capaz de tirar de orgullo durante el primer cuarto de hora de la segunda mitad, lo que le valió para igualar el marcador con dos tantos de Raúl. Luego volvió a caer en los mismos errores del primer tiempo y fue presa fácil del Athletic.

Si el encuentro se presumía como un examen para el equipo blanco, el resultado fue un suspenso como una catedral. Preso de su impotencia, el Madrid quedó a merced de un rival que sin hacer grandes cosas vio cómo en cuatro minutos liquidaba el asunto con dos tantos que volvieron a dejar en evidencia a la defensa blanca. El primero llegó tras un tremendo error de Helguera en un despeje. El central le sirvió el balón en bandeja a Yeste, que batió a Casillas con un fuerte disparo.

DEBACLE BLANCA En plena debacle madridista, Urzaiz cabeceó una falta lanzada por Tiko (m. 44) para certificar el fuera de combate de los blancos. El Madrid tiró de orgullo en la segunda parte. Raúl, que no marcaba desde el tres de enero en Liga, aprovechó un servicio de Solari de cabeza para abrir una vía de esperanza (m. 46). Luego, el delantero blanco cerró la mejor jugada de su equipo en todo el encuentro. En ella intervino Figo, que abrió un balón a Roberto Carlos. El centro del brasileño lo aprovechó Raúl para marcar.

Parecía que el Madrid estaba capacitado para dar la vuelta al choque, pero todo quedó en un espejismo. Una falta lanzada por Orbaiz fue cabeceada por Del Horno al fondo de la portería (m. 75). Dos minutos después, el propio Del Horno sacó los colores a Helguera, al que dejó sentado con un recorte para marcar por bajo (m. 77).