"Me ha dolido mucho su muerte, aunque con 88 años es ley de vida. Como futbolista no lo vamos a descubrir ahora, pero además era una gran persona, un amigo inseparable", dice el Magnífico Canario que, antes de ser Magnífico, fue compañero de Di Stéfano tres temporadas en el Real Madrid. "Cuando yo le conocí era muy joven y él ya tenía sus añicos. Quería ganar todos los partidos, era un futbolista que hoy ya no se ve, atacaba, defendía, corría arriba y abajo, de mucha categoría", dice este brasileño con acento aragonés.

Y es que Canario no tiene ninguna duda. "Para mí, los más grandes que he conocido yo, y jugué con uno y contra otro muchas veces, son Di Stéfano y Pelé. Mucha gente dice también Maradona, pero a mí no me convence", señala el exfutbolista, remarcando el carácter ganador de la Saeta Rubia en cuanto pisaba el terreno de juego. "Chillaba mucho en el campo, a mí y a todos los compañeros, porque nos pedía que corriéramos y lucháramos, era muy carismático. Marcaba diferencias, no he visto otro como él y no habrá otro como él", añade.

Tres temporadas dieron para mucho --"jugábamos muchos partidos y entonces los viajes eran muy largos, así que estábamos más tiempo de viaje que en casa"--, para ganar dos Ligas, una Intercontinental y una Copa de Europa en la considerada por muchos como la mejor final de la historia, el 7-3 con el que el Madrid ganó al Eintracht. "Después de ganar allí en Glasgow queríamos celebrarlo, hablamos con Bernabéu y no nos dejó salir del hotel, así que tuvimos que organizar la fiesta allí mismo y uno de los organizadores era Di Stéfano. Estaba en el centro de todo", recuerda de su excompañero y, sobre todo, amigo. "Cada vez que iba a Madrid acudía a su despacho y nos dábamos muchos abrazos, nos teníamos mucho cariño".