Tito Vilanova ha dicho adiós. El exentrenador azulgrana ha fallecido este viernes a los 45 años en un centro hospitalario de Barcelona víctima de una terrible enfermedad que le golpeó por primera vez en noviembre del 2011 y lo apartó definitivamente del fútbol, su pasión, y del Barça, su club, en julio del año pasado. El hombre que ayudó a Pep Guardiola a llevar al equipo azulgrana a lo más alto y que, ya como primer entrenador, convirtió en realidad la Liga de los 100 puntos ya no volverá al Camp Nou.

Llevaba más de dos años luchando contra un cáncer en las glándulas parótidas que le fue detectado en el 2011. El viernes de la semana pasada ingresó en la Clínica Quirón y este mismo jueves fue operado de urgencia al surgir complicaciones gástricas. Ya no se ha recuperado. Esta era la tercera recaída. Demasiadas.

En diciembre del 2012 ya tuvo que ser intervenido. Aunque nunca dejó de dirigir al equipo, incluso durante el tiempo que permaneció en Nueva York recibiendo tratamiento, no volvió al Camp Nou hasta abril del 2013. Pocos meses después, el 19 de julio del año pasado, mientras preparaba su segunda temporada al frente del Barça, la enfermedad volvió a golpearle y decidió centrarse exclusivamente en su recuperación. Durante este tiempo ha luchado contra el mal, apartado de los medios, apartado del público. Su cabeza y su corazón querían seguir, por su mujer, por sus dos hijos, pero tras nueve meses su cuerpo ha dicho basta.