La Eurocopa también tendrá dos caras en las semifinales. No podía ser de otra manera después de ver cómo las grandes estrellas y las selecciones favoritas han abandonado el torneo por la puerta de atrás. No estarán los que todos esperaban. Ni Italia, ni Alemania, ni Inglaterra, ni Francia, ni España aparecen en el penúltimo escalón hacia la gloria. El brillo de los históricos se apagará y sobre el césped quedará dos duelos insólitos. Uno de ellos, el partido que enfrentará el próximo miércoles en Lisboa a la anfitriona Portugal y a la criticada Holanda, centra toda la atención por el gran espectáculo que se espera de él. A falta de otras emociones y estrellas de relumbrón, será la fiesta del fútbol que deparará el paso previo hacia la final. El estadio José Alvalade estará lleno. Los anfitriones jugarán contra la nueva naranja mecánica del cuestionado Dick Advocaat. Los pocos galácticos que quedan, como Figo o Van Nistelrooy, serán los protagonistas.

No se puede decir lo mismo de la segunda semifinal. El partido entre Grecia y la República Checa ocupa otra dimensión. Parece decidido de antemano a favor de los checos. Nadie espera otra proeza griega como la protagonizada contra Francia y, en grado menor, ante los anfitriones en el encuentro inaugural. Y por eso, quizás, el duelo queda en un discreto segundo plano. El escaso reclamo publicitario que tienen los dos países, pese al espectacular momento de los hombres de Brückner, también juega en su contra.

CUATRO VICTORIAS La apuesta defensiva de Grecia provoca tanto rechazo que eclipsa la parte positiva de esta semifinal que se jugará el jueves en Oporto: el fútbol ofensivo de los checos, la única selección que ha ganado sus cuatro partidos tras marcar 10 goles. Ellos son los candidatos más firmes al título tras su victoria contra Dinamarca (3-0). Pero el estadio Dragao no se llenará. Quedarán, como ayer, muchas sillas vacías. Y la grada, pese a la enorme pasión que pone la afición checa, no tendrá tanto colorido. Es cuestión de glamour . Y un Grecia-Chequia no atrae pese a los goles de Baros, el máximo goleador de la Eurocopa con cinco tantos, y Koller.

Portugal y Holanda sí que atraen. Afrontan su gran oportunidad después de quedar eliminados en las semifinales de la Eurocopa-2000. Francia e Italia les apartaron entonces de la final y ahora buscan el éxito que premie a unas generaciones doradas que han triunfado a nivel de clubs y que, sin embargo, nunca han levantado un gran trofeo con la selección absoluta. Holanda no gana el título desde la Eurocopa-1988 y Portugal siempre quedó eliminada en las dos ocasiones anteriores en las que llegó a semifinales (1984 y 2000). Pero ahora juega en casa. Y, si hacen caso a Scolari, y no se dejan llevar por la excesiva euforia que se respira en el país, tienen mucho ganado.

Grecia, que ya se plantea conceder la nacionalidad griega al técnico alemán Otto Rehhagel en señal de agradecimiento, busca dar la sorpresa y la República Checa persigue el título que la historia le arrebató cuando perdió la final de la Eurocopa de 1996 contra Alemania en el mítico estadio de Wembley.

Cuatro países pequeños, cuya suma de habitantes no supera la población de Alemania, han desafiado a las grandes potencias europeas. La presencia de Portugal (10 millones de habitantes), Holanda (15,5), Grecia (10) y la República Checa (10) en las semifinales simboliza el éxito de los jugadores que llegan menos cansados al mes de junio al pertenecer, salvo los holandeses, a clubs que no compiten en las cuatro grandes ligas europeas: la española, la italiana, la inglesa y la alemana. La Liga portuguesa, con 17 jugadores en las semifinales, y la griega, con 15, son las dominadoras de esta Eurocopa.

SIN ESTRELLAS El Panathinaikos, el Benfica y el Oporto, con seis jugadores cada uno, son los clubs que más futbolistas aportan a las semifinales. El Barcelona, la Juventus y el Bayern de Munich llegaron a la Eurocopa con nueve jugadores. Y otros equipos, como el Milan, Arsenal, Manchester United e Inter aportaron ocho jugadores. Pero al final han pagado la dureza de sus ligas. Clubs como el Real Madrid, la Juventus, el Bayern y el Arsenal son los grandes perdedores. Y, junto a ellos, sus estrellas: Raúl, Zidane, Beckham, Del Piero, Henry y Trezeguet han realizado un torneo discreto, malo en algunos casos, muy alejado del nivel que les ha distinguido otras temporadas. Por eso la UEFA debe recapacitar. El circo del fútbol no se sostiene sin estrellas.