Todos los entrenadores que han contado con Cani en sus filas coinciden en destacar de él sus extraordinarias habilidades futbolísticas, su innata capacidad para inventar con un balón lo que otros jamás podrían ni imaginar, para enganchar a un público huérfano de alegrías a una ilusión que tiene forma de regates inverosímiles y de goles imposibles. Desde muy pequeño despertó el asombro de quienes le veían jugar al fútbol. A los once años, fue nombrado mejor deportista absoluto del Stadium Venecia.

Ramón Lozano fue su primer entrenador en el Real Zaragoza, en categoría infantil, pero ya le conocía del Stadium Venecia. "A Cani le he visto desde los siete años", explica. Su calidad empezaba a distinguirse desde muy pequeño. "Siendo alevín, no había nadie en el Venecia ni en Torrero que no supiera quién era Cani", recuerda Lozano. El que fuera su técnico considera que el talento y la habilidad del pequeño Cani eran asombrosos y que, probablemente, se debieran a su lento desarrollo físico, carencia que debía suplir con una gran imaginación y el desparpajo con el balón.

Un elegido

Cani tiene una característica que le ha acompañado siempre y que le ha llevado hasta donde está: "Es un loco del fútbol", como le define Ramón Lozano, lo que provoca en él una implicación absoluta con el equipo. "Su fútbol es el de los elegidos", sentencia.

Carlos Rojo fue su entrenador en el equipo juvenil del Zaragoza, y define a Cani como un jugador "con una gran técnica individual, mucho desparpajo y muy inteligente", lo que, según Rojo, se produce porque Rubén "aprendió a jugar en la calle". Coincide con Lozano en señalar que Cani es una de las personas a las que más le gusta el fútbol y que, por eso, vive para este deporte y siempre ha cuidado mucho su preparación. De hecho, Rojo recuerda cómo disfrutaba Rubén en los entrenamientos y cómo se enfadaba cuando enfermaba y no podía subir a la Ciudad Deportiva. "Sabe hacer lo más adecuado para cada jugada. Incluso cuando duerme sabe lo que va a hacer", dice de él Rojo. El entrenador del juvenil zaragocista se deshace en elogios hacia Rubén, pero le recomienda que esté sereno en estos momentos de tanto protagonismo y le augura un gran futuro: "Mejorará cuando juegue más partidos. Va a ser genial".

Angel Chamarro fue su técnico en el Utebo, de Tercera División, la temporada 2000-2001. "Entonces era ya un genio, de esos que conectan con la gente", recuerda. Chamarro recuerda especialmente el gol que Cani le marcó al La Almunia: "Sacó un córner, el balón salió rechazado y le llegó a él, que regateó a tres contrarios y batió de vaselina al portero". Cani tiene todavía aspectos que mejorar, pero su extécnico le considera "el ejemplo perfecto a seguir por todos los jugadores de la cantera".

El último técnico que le dirigió antes de Paco Flores fue Manolo Villanova, en el filial zaragocista. Y de su boca sólo salen elogios: "No se puede comparar con nadie", asegura, y añade que todavía puede mejorar. "Lo está haciendo bien, pero aún no se ha visto al mejor Cani", dice Villanova, que destaca de él su lucha constante, su trabajo, su sacrificio y su don. "Ha nacido para ser futbolista".