Janis Blums se parece cada vez menos a Janis Blums. Comenzó la temporada cumpliendo con el papel que había venido a desempeñar en el Tecnyconta, el de un cañonero capaz de desatascar partidos a base de triples, hasta el punto de convertirse en el mejor triplista de la competición e igualar el récord de canastas de tres en un partido de un jugador del equipo aragonés (7). Pero esa figura se ha ido desdibujando con el paso de las jornadas hasta hacer del letón un espectro irreconocible. En los últimos diez partidos ha anotado 12 triples en 49 intentos, un 24% de acierto, incluyendo actuaciones como el 1/8 en Sevilla o el 0/6 que firmó contra el Burgos.

Su peso en el equipo ha ido cayendo en consonancia con sus números y su aportación en la pista. El problema de Blums no es que acierte más o menos, sino que la mayoría de sus lanzamientos son precipitados y a destiempo, sin haber consumido apenas posesión, sin que el equipo haya circulado el balón, sin haber buscado una buena posesión de tiro, por lo que sus fallos pillan además al resto muy lejos del rebote y se traducen en una pérdida de balón.

El lanzamiento exterior forma parte del ABC del libro de estilo que Jota Cuspinera ha intentado inculcar a su plantilla en el Tecnyconta. El técnico siempre ha explicado que pide a sus jugadores que lancen en cuanto tengan una buena oportunidad de lanzamiento aunque la posesión esté recién comenzada porque nada garantiza que cinco o diez segundos después vaya a aparecer una ocasión mejor. El mensaje no acaba de calar o una parte se pierde por el camino, la de la buena oportunidad de tiro. El equipo peca en muchas ocasiones de lanzamientos precipitados que no son la mejor opción y Janis Blums es el mejor ejemplo de ello, de ahí su drástica bajada en los porcentajes de acierto y en su presencia en la pista.

Contratado por su experiencia y su contrastada capacidad de anotación, Blums ha tenido el papel de jugador que sale desde el banquillo para mantener el pulso del equipo con las rotaciones y dar descanso tanto al escolta como al alero, posición en la que el Tecnyconta ha tenido más problemas. Una situación propiciada también por la llegada de Gary Neal, claramente el escolta titular del equipo. No fue ese el impedimento para que Blums comenzara la temporada cumpliendo las expectativas, puesto que su mejor partido lo hizo partiendo desde el banquillo. Comenzó como titular en Santiago e hizo 4/7 en triples, mientras que como suplente ante el Gran Canaria firmó 7/10. Su primer mes en la competición le llevó a ser el mejor triplista de la Liga ACB con una media de 3,3 convertidos por jornada.

Pero sus números y su rendimiento han ido cayendo, en consonancia también con el declive del equipo. En los momentos de mayor confusión el Tecnyconta se desbarajusta en ataque y convierte la velocidad en prisa confundiendo la búsqueda de un buen lanzamiento con tirar tras un número mínimo de pases. Es un problema general del equipo que Jota Cuspinera no está logrando atajar y para el que la situación de ansiedad que generan las derrotas tampoco ayuda. Quizá sea Blums el mejor exponente aunque no es ni mucho menos el único caso, solo el más aparatoso. Porque también es cierto que el letón no se esconde y sigue intentándolo sea cual sea su porcentaje. Y estos han ido derrumbándose en las últimas fechas.

Los últimos dos partidos los ha terminado sin anotar de tres. Ante el San Pablo Burgos hizo 0/6 en 12 minutos y en el Gran Canaria Arena 0/1 en 14 minutos. Esa fue la única vez que tiró a canasta. En ambos encuentros, además, concluyó con valoración negativa, -4 y -1, respectivamente. Es un problema para el equipo aragonés, que se ha ido quedando sin efectivos por el camino y con un perímetro en el que solo Gary Neal ofrece ciertas garantías en la anotación, con debes en otros aspectos. El Tecnyconta necesita recuperar al Blums del primer mes, al cañonero.