Casi ha pasado un mes desde que el CAI Zaragoza acudió a su cita con el Príncipe Felipe. Desde el 19 de diciembre del año pasado, los jugadores de Julbe no se vestían de rojo ante su fiel afición. Hoy, a la hora de siempre (21.00), lo harán de nuevo en su mejor momento, encaramados en el liderato y fabricándose una leyenda de fiera indomable. Son el terror de la LEB. Sus últimas ocho victorias seguidas, la mejor racha de la temporada en la competición, imponen una realidad apabullante que hoy el Lobos Cantabria, de puntillas, quiere quebrar contra pronóstico, como ya hizo en el encuentro de la primera vuelta (70-69).

Desde su último paso por el Príncipe Felipe nada ha cambiado en el CAI. Y todo ha pasado. Lester llegó con más de una semana de retraso tras el parón navideño, faltó Doblado por lesión y la Copa fue concedida a Zaragoza, para luego casi irse y al final quedarse. Un mareo de circunstancias que no alteraron la dinámica devastadora de un equipo que avanza a ritmo de apisonadora hacia la ACB. Ahora vuelve al calor del hogar propio indemne de todos los percances, saldando sus dos salidas comprometidas sin ninguna herida y engordado de sabiduría. Ganó al trote en Inca sin Doblado y Lester y labró en Cáceres un nuevo triunfo en un partido trabado y en el que la seriedad le valió para sumar la octava victoria consecutiva. Hoy se abre la veda a la captura de la novena.

SIN PROBLEMAS FISICOS La calma ha retornado al vestuario. El castigo al que sometió Julbe a Lester en Cáceres no se repetirá. Doblado ya no se resiente del tobillo y podrá jugar a pleno rendimiento. Sin bajas, sólo la ya conocida de Murcia, ante el CAI se abre un panorama alentador, pero tan confuso como el rival. El Lobos posee un firmamento lleno de jugadores de sobrada calidad reñidos con la idea de equipo. Una ecuación rota y enfrentada con las leyes internas de la LEB, que siempre castigan a aquellos que priman las individualidades sobre la colectividad. Ese es el gran problema del Lobos y por el cual Béjar dejó su puesto a Montxo Monsalve, extécnico del CBZ en la ACB. El nuevo entrenador intenta suplir la anarquía por la regularidad en una plantilla capaz de lo mejor y de lo peor. Ese es el temor que debe calcular hoy Julbe.

El Lobos Cantabria es en la actualidad el noveno de la Liga, igualado en victorias y derrotas. Un puesto que choca al examinar su listado de jugadores: Bryant, Machado, Jonzen, Stempin o Lo Grippo. Los apellidos autóctonos brillan por su ausencia, ya que de los ocho habituales ninguno ha nacido en España.

MAL REBOTEADOR Los cántabros tienen su mayor defecto en su poder reboteador. Son el tercer peor equipo en la Liga en este apartado. Por contra, son los mejores ladrones con 203 robos, uno más que el CAI. Canalizan su ataque por cuatro nombres propios. Machado es capaz de tirarse hasta las zapatillas. El internacional brasileño se lanza la cuarta parte de los tiros, lo que le hace ser uno de los mejores anotadores de la LEB (16.8 puntos por partido). Le acompañan en esta parcela el americano Bryant (12 de media), un base chupón y propenso a perder balones, y cuyo contrapunto de serenidad es Sebastian Ginobili, hermano del jugador de los Spurs. Debajo de canasta destaca el argentino Lo Grippo (11 puntos y 5 rebotes), excompañero de Lescano en Córdoba, y el sueco Jonzen (11 puntos y 6 rebotes). A ellos se unió hace una jornada el americano Stempin, cortado esta temporada de los Wolves de la NBA.