Es innegable la caída del Zaragoza en las últimas jornadas, con tres partidos seguidos sin ganar y con un punto de los últimos nueve. Sin embargo, las derrotas ante el Tenerife y el Sporting dejaron solo algún error arbitral decisivo y el mal fútbol del Zaragoza, que frente al Betis sí ofreció detalles para la esperanza, todos centrados en la segunda mitad y todos remarcados por la entidad del rival, ya que el cuadro bético posee el mejor ataque de Segunda y, aunque no ha empezado todo lo bien que se esperaba, es para muchos el gran candidato a subir.

Ante ese enemigo, el Zaragoza soltó una primera parte terrible, donde el Betis le volvió a superar en la medular, como antes el Sporting y el Tenerife, pero mejoró después. Mejoró hasta merecer ganar en el tramo final del choque. Esa reacción mostró buenas noticias, porque Víctor encontró por fin una solución que puede funcionar cuando los rivales ya han encontrado el antídoto para su apuesta. La entrada de Lolo en el medio y el paso de Pedro para jugar más en el centro --después lo hizo Eldin--, anuló la superioridad bética en el medio de la primera mitad.

Esa irrupción de Lolo, que había sido hasta ahora más central que mediocentro para Víctor, aumenta las alternativas en la medular, donde Ruiz de Galarreta fue el sacrificado. El centrocampista vasco sigue sin encontrarse en la apuesta de este Zaragoza y aporta mucho menos de lo que se le supone. El caso es que Víctor ganó una variante más en el medio y por qué no un plan para retocar su apuesta actual y dotarla de más consistencia. Además, confirmó lo que sabía, que la recuperación de Pedro, que fue por primera vez titular tras su lesión para entrar en el once ideal de la jornada, le va a dar mucho a este equipo, lo mismo que volver a contar con Mario tras dos partidos de baja. El central es indiscutible por su carácter y contundencia.

PEDRO Y MARIO

También dejó el partido la ligera mejoría de Diogo sobre las prestaciones de Fernández, ya que el uruguayo supone un plus de intensidad en el lateral, pero lo que más remarcó el Zaragoza en la segunda mitad fue su espíritu competitivo, su carácter, la capacidad para levantarse ante la adversidad.

No es la primera vez que lo muestra el Zaragoza, pero ante el Betis, después de una primera parte desastrosa, tras el gol en propia puerta de Cabrera solo un minuto después que había empatado Willian José, el equipo volvió a levantarse, alentado por supuesto por la grada. Y no solo niveló de nuevo el partido, sino que mereció ganarlo, pero se topó con Adán, que hizo dos grandes paradas tras un centro-chut de Eldin y un remate a bocajarro de Borja, esta última cuando el choque agonizaba.