Al son de un discurso inspirador de Nelson Mandela, Ona Carbonell consiguió ayer subirse al podio en la primera final de la natación artística de los Mundiales de de Gwangju (Corea del Sur). La nadadora española se colgó la plata en solo técnico, con la que superó las 20 medallas mundialistas que ostenta otra barcelonesa, Gemma Mengual, y que además la igualan (en número, no en calidad de los metales) al palmarés que en estos campeonatos posee la rusa Natalia Ishchenko (21, 19 de oro). Por delante, solo Ryan Lochte (27) y Michael Phelps (33).

Las joyas de la sincronizada española se han ido engarzando unas con otras hasta formar una cadena de triunfos que, de momento, no se agota. Mengual subió por primera vez al podio en un Mundial en el 2003 y repetió en las cuatro siguientes ediciones. En la del 2005 se estrenó Andrea Fuentes, que aportó medallas en cada edición hasta el Mundial del 2011. Carbonell ganó su primera plata en el del 2007 y con la de ayer ya son siete Mundiales seguidos sin bajar del podio.

«Es mi séptimo mundial consecutivo y en todos ganando medallas. Son 21, ¡no me lo puedo creer!», dijo la nadadora española tras su nuevo éxito. Vista la suma parecía una apuesta clara, pero había condicionantes. La española presentó una rutina, titulada Mandela, basada en el inspirador discurso que el líder sudafricano pronunció en la entrega de los premios Laureus del año 2000. Sin apenas música, solo palabras.