LUGAR DE NACIMIENTO PALMA

FECHA DE NACIMIENTO 27-8-1976

PROFESION TENISTA

PALMARES 17 TITULOS DE LA ATP, ENTRE LOS QUE SE ENCUENTRA EL ROLAND GARROS DE 1998

Carlos Moyá se marchó feliz de Wimbledon. Después de siete participaciones, el mallorquín acabó esta vez con la sensación de haber aprobado un examen que tenía pendiente y con ganas de volver el próximo curso para buscar nota, tras alcanzar este año los octavos de final de un torneo que sigue siendo la asignatura pendiente del tenis español.

--¿Satisfecho de su actuación?

--Me voy contento del nivel de toda la semana. Nunca había llegado tan lejos en Wimbledon. He ido de menos a más y me he sentido cómodo sobre la hierba. Eso me anima a volver a intentarlo el año que viene.

--¿Cuál ha sido el secreto?

--La preparación. Este año vine a Londres 10 días antes y en lugar de alojarme en un hotel de Londres, como hacía otras veces, alquilé una casa cerca del club, de Wimbledon. He estado con mi familia y mis amigos. Así me he sentido más cómodo y creo que he rendido más en la pista.

--¿Se lo ha tomado más en serio?

--Creo que sí. Antes, o no venía, o cualquier contratiempo me desanimaba. Este año estaba mentalizado. Incluso me he traído un sparring , Tati Rascón, que ya nos ayudó en la final de la Copa Davis en Melbourne, para entrenar. Jugábamos mañana y tarde. Eso me ha venido muy bien.

--¿La final de la Copa Davis le abrió los ojos?

--Ganar a Philippoussis en Melbourne me animó a pensar que si me preparaba un poco también tenía opciones en Wimbledon. Y eso es lo que he hecho este año.

--¿Se ve capaz ahora de ganar a los especialistas de hierba?

--He visto que puedo estar a su nivel, que no estoy tan lejos de ellos y que puedo hacerlo bien.

--¿Qué derrota duele más, la de Hewitt en Wimbledon o la de Coria en Roland Garros?

--Para mí era mucho más importante ganar a Coria en Roland Garros porque mis aspiraciones en París estaban centradas en el título y a Wimbledon he venido a probarme.

--No ha tenido demasiada suerte en los sorteos este año.

--La verdad es que no. Jugar contra Coria en Roland Garros, o que te toque Hewitt y, si ganas, Federer en Wimbledon, no es ningún caramelo. Pero eso es algo que no se puede controlar y que hay que aceptar como parte del juego. Para ganar torneos, como quiero yo, además de jugar bien hay que tener suerte.

--¿Cómo se siente?

--Estoy en mi plenitud de juego y he conseguido una gran madurez. Ahora tengo una ambición deportiva que no tenía antes. Entre los 25 y los 28 años es una edad ideal para un tenista. Yo tengo 27, me siento otra vez fuerte para aspirar a lo máximo.

--¿Le preocupa que el esfuerzo le pase factura?

--Espero que el cuerpo aguante. Sabía que iba a ser un año duro, pero de momento aguanto bien. Ganar hace que me mantenga en forma.

--¿Cuál es su principal objetivo con lo que resta de temporada?

--Mi gran objetivo este año es ganar la Copa Davis. Tenemos una gran oportunidad y debemos aprovechar que jugaremos en casa las semifinales y, posiblemente, la final. Quiero ganar ese título y creo que ahora es el momento.

--Se marcha de la hierba de Wimbledon como nuevo número uno español, algo que no conseguía desde hace cinco años. ¿Qué supone eso?

--Es algo anecdótico y no era mi objetivo. Se puede ser número uno español y estar el 8º, 10º o 15º del mundo. Lo que quiero es acabar lo más arriba en la clasificación mundial para volver a jugar el Masters y, si puedo, volver a ser número uno del mundo. Eso sí.