Casi un año y medio después de vencer en el Rally de Turquía del pasado año (2 de marzo), Carlos Sainz ha vuelto a las andadas. Bueno, nunca dejó de estar en la lucha, pero ayer, en la misma Argentina que le adora, que le anima a pie de pista, que le había visto ganar en dos ocasiones anteriores y subirse al podio en otros siete rallys, el piloto madrileño, que hace ya varios meses cumplió los 42 años, se convirtió en el hombre récord del Mundial de ra- llys, en el auténtico vencedor, en el líder del ránking de triunfadores. Consiguió la victoria número 26 de su palmarés, con la que supera al británico Colin McRae, con quien compartía hasta ahora la clasificación de los mejores.

Sainz, junto a Marc Martí, dio el golpe definitivo en la penúltima jornada, cuando acosó al finlandés Marcus Gronholm (Peugeot 307) hasta provocar su salida de pista en el penúltimo tramo del sábado. Antes ya había estado merodeando los puestos del podio en Argentina, donde, junto a su compañero de equipo y líder del campeonato, el francés Sebastien Loeb, han conseguido un doblete importantísimo para Citröen, cuya máxima aspiración es ganar el Mundial de constructores.

Sainz, como buen veterano, experto en las pistas de tierra de Argentina --"aquí no puedes cantar victoria hasta el último segundo"--, trabajó observando con el rabillo del ojo a sus rivales. A muchos de ellos los vio volar casi frente a sus narices. Así se estrelló el estonio Markko Martin (Ford), que destrozó su Focus y sufre problemas de vista. Así estalló el Subaru Impreza del noruego Petter Solberg y así acabó destrozado, por la salida de una rueda, el Peugeot de Gronholm.

"MUY FELIZ" Sainz, que este año se había tenido que conformar con dos segundos puestos en México y Chipre, por detrás de Martin y de Loeb, reconoció sentirse "el hombre más feliz del mundo". Y explicó por qué: "No sólo por mí, por el récord, que no tiene demasiada importancia, sino por el equipo y por toda aquella gente que siempre ha confiado en mí. Sólo puedo decir una cosa: el segundo puesto no nos servía de nada, así que decidimos apretar a Gronholm hasta el final y, por suerte, ganamos".

El matador , que pese a la victoria todavía se encuentra lejos del líder del Mundial --está a 27 puntos de Loeb--, se convirtió ayer en el cuarto ganador de la temporada.