Después de la parafernalia de hace dos domingos con el Maratón de Zaragoza, el Parque Grande acogió una carrera muy familiar. Era la tradicional Popular del Pilar. Organizada por el Olimpo de Santiago Chivite, nació hace casi dos décadas, cuando las carreras de largo aliento en la capital aragonesa no estaban de moda. Con los años, a la estela de la Carrera Ibercaja por la Integración y la Popular del Pilar fueron creciendo competiciones de asfalto como setas.

Hoy hay fiebre por la carrera larga en toda España. La modalidad causa euforia. A la gran afición que levanta el running entre los practicantes, se une el negocio que supone montar carreras para los organizadores, las instituciones, las empresas de material... Pese a la excesiva oferta de pruebas y del desproporcionado precio de la cita (costaba inscribirse 15 euros la semana previa), se juntaron en el Parque José Antonio Labordeta 600 participantes, de los que 350 eran mayores.

El organizador

Chivite quiso dar a la carrera su carácter popular, con pinceladas de atletas de élite. Esta vez fueron los protagonistas Carlos Mayo y María José Pueyo, que ganaron como el año pasado la competición. Tras Mayo, que corrió los cinco kilómetros en 15.26, llegó a la meta José María Gallego y Marcos López. En mujeres la segunda y la tercera fueron dos clásicas de carreras de estas características, Xandra Méndez y Amaya Monge.

Pese a su veteranía, María José Pueyo se sigue manteniendo en el candelero mediático. La serrablesa, olímpica en Pekín, ya fue protagonista en el maratón de Zaragoza y dentro de pocas semanas llegará su traca final del su curso, puesto que empalma el legendario maratón de Nueva York y el Campeonato de España que se celebra en San Sebastián. En el Parque Grande hizo una parte del entrenamiento cotidiano con Roberto Clavijo de liebre.

Carlos Mayo no tuvo rival. Corrió en solitario los 5.000 metros que discurrían por el parque y el Canal Imperial. El atleta de José Luis Mareca, uno de los mejores fondistas júnior de España, ya piensa en el Europeo de cross que se celebra a primeros de diciembre. Junto a las dos puntas de lanza, se repitieron las llamativas imágenes de todas las populares. Las carreras previas de niños, Joaquín Pacheco con su silla de ruedas, los corredores tirando los carritos ocupados por sus niños, estos llegando abrazados de su padres, algún que otro marchador realizando su entrenamiento... Y la vida sigue.