Las calles de Zaragoza volvieron a llenarse de magia el último día del año. Casi 4.300 populares fueron los protagonistas de la XIII edición de la San Silvestre Zaragoza-El Rincón. Fue un espectacular pelotón multicolor de todas las edades, muchos de ellos ataviados con atrevidos y divertidos disfraces. Carlos Mayo y Cristina Espejo fueron la punta de lanza de esta festiva manifestación y se llevaron por tercera vez una de las pruebas más hermosas del calendario atlético aragonés.

A las cinco de la tarde los aledaños del Teatro Principal, que es de donde se daba la salida y la meta de la prueba organizada por la Agrupación Deportiva Jerónimo Zurita, se fueron poblando de corredores. Los nervios iban creciendo conforme se acercaba el pistoletazo de salida. Fue a las seis de la tarde cuando llegó la gran explosión de alegría. Este año la prueba modificó su recorrido y pasó de seis a cinco kilómetros a causa de las obras de la remodelación en el Mercado Central.

A Carlos Mayo le motiva esta hermosa carrera. Pese a que no tenía oposición, el atleta del Adidas se crece y salió a tambor batiente. Nadie le pudo seguir al pupilo de José Luis Mareca. «Salí fuerte y la idea era correr rápido desde el inicio. Con tanta gente en las calles, te pones a correr rápido sin darte cuenta y di más de lo que debería», explicaba contento tras el triunfo Mayo.

Por detrás se formó un grupo tirado por Alberto Sábado y Juan Carlos Dutrey y más atrás corrían Fernando Gil, Noé Larroy, Jesús Ángel Olmos y José Antonio Tello. Mayo llegaba a meta en olor de multitud con un crono de 13.31, mientras que por detrás Alberto Sábado pinchaba y era superado por Dutrey. Pero metros antes de la meta Fernando Gil dio la sorpresa y le robó el segundo puesto a un despistado Dutrey. Cuarto fue Noé Larroy y quinto Alberto Sábado. Mayo confesó que «la rodilla derecha no me molesta cuando me concentró en la carrera, pero en frío noto dolores. Ahora mi próxima carrera será el Cross Alós en Huesca», decía.

En la prueba femenina Cristina Espejo también ganó por tercera vez su carrera. Se fue desde el inicio la atleta del Playas Castellón y llegó con comodidad a meta con un crono de 15.30. Muy distanciadas llegaron Raquel Miró, Raquel de Francisco y Luisa Larraga. El premio al mejor disfraz se lo llevaron varias familias que iban vestidas de abetos.